El 28 de octubre de 1951, Juan Manuel Fangio logró a sus 40 años el primer puesto del Gran Premio de España y, de esa manera, consiguió el primero de sus cinco campeonatos mundiales de la Fórmula 1. La previa por el título estuvo cargada de condimentos: una apuesta con su mayor rival, Alberto Ascari; un rumor que lanzó Alfa Romeo para sacar ventaja y, el día de la carrera, una mentira que su propio equipo le hizo al piloto argentino.
El Chueco venía de quedar a solo un paso de la gloria en 1950, en la primera temporada de la Fórmula 1. Hasta la última fecha se había mantenido con chances, pero se le escapó por muy poco ante el italiano Giuseppe Farina. Al año siguiente, estaba dispuesto a que no sucediera lo mismo y, para eso, solo debía conseguir una victoria más en el GP de España.
Fangio largó desde la segunda posición y en la cuarta vuelta superó a Ascari para pasar a liderar la carrera. El argentino logró mantenerse en el primer lugar con su icónica Alfa Romeo Alfetta 159 y se consagró campeón, mientras que su compatriota José Froilán González llegó segundo con su Ferrari y concluyó tercero en el torneo. Así, el máximo certamen del automovilismo tuvo un podio con dos argentinos.
Ese fue el primer gran festejo del balcarceño en la Fórmula 1. Entre 1954 y 1957, se coronó cuatro veces de manera consecutiva y ostentó el récord del piloto más ganador, hasta que Michael Schumacher lo igualó en 2002 y lo superó al año siguiente. Ahora, el alemán iguala con el británico Lewis Hamilton en el ranking de pilotos con más títulos, con los siete que ganaron cada uno.
Juan Manuel Fangio: la mentira de su equipo el día de la coronación
El 28 de octubre de 1951, Juan Manuel Fangio llegó como puntero del campeonato al Gran Premio de España, que se disputó en un circuito callejero en Pedralbel, Barcelona. Tenía tres puntos de ventaja sobre Alberto Ascari. Era la última carrera del calendario y ambos dependían de sí mismos: quien ganara se consagraría campeón de la segunda temporada de la élite del automovilismo.
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Como si lo que estaba en juego no fuera suficiente, los protagonistas hicieron una apuesta que calentó aún más la previa: el ganador debería pagar una fiesta, mientras que el perdedor elegiría el lugar.
El motor del Alfa Romeo era más potente que el de Ferrari, pero consumía mucho más combustible. Teniendo en cuenta esa realidad, los miembros del equipo hicieron correr el rumor de que llevarían tanques de nafta adicionales para evitar hacer recargas. Para darle mayor credibilidad, pusieron un tanque falso en cada uno de los autos.
Los miembros de Ferrari se creyeron la simulación y cambiaron su estrategia de detención en los boxes. Sin embargo, no solo la Scuderia cayó en la mentira, sino que también el propio Fangio, que luego de la carrera pidió explicaciones de por qué había tenido que hacer una recarga si supuestamente llevaba un tanque extra.
“No te dijimos la verdad porque siempre te vemos hablando con tu amigo González”, le dijo uno de los técnicos de Alfa Romeo. Su compatriota, José Froilán González, era uno de los pilotos de Ferrari, por lo que tomaron hasta el más mínimo recaudo para evitar que la verdad llegara a los rivales.
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Después de la consagración, Fangio se hizo cargo de la apuesta que había hecho y puso 30.000 pesos para hacer una gran fiesta en el lugar que eligió Ascari: el restaurante Savini, en la Galería del Duomo de Milán. “Nunca pagué tan a gusto una apuesta”, se sinceró el argentino.
