El santafesino Carlos Reutemann fue el piloto nacional que mayor proyección internacional logró después de lo hecho por el enorme Juan Manuel Fangio. De hecho Lole fue el argentino que más tiempo estuvo en la Fórmula 1, con doce temporadas ininterrumpidas, en las que obtuvo una docena de victorias. La última de ellas, en el Gran Premio de Bélgica de 1981, tuvo un final trágico que no le permitió celebrar con la euforia que merecía (y merece) ganar en la máxima categoría del automovilismo mundial.
Nacido el 12 de abril de 1942, Reutemann se presentó en la Fórmula 1 en 1971. Lo hizo en un Gran Premio de Argentina de Fórmula 1 no puntuable, donde logró la pole position y finalizó séptimo. Al año siguiente debutó oficialmente con el equipo Brabham, otra vez en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires. Desde ahí disputó 146 grandes premios, hasta que en 1982 definió su retiro después de la segunda fecha, en Brasil.
Pero el 17 de mayo de 1981, en la quinta fecha de la temporada, Lole no pudo festejar su victoria; un incidente suscitado dentro de la pista marcó a fuego el antecedente más próximo de un argentino imponiéndose a todos en la competición.
Carlos Reutemann: clima caldeado antes de la carrera
El piloto de la escudería británica Williams había arribado al Autódromo de Zolder como el único líder del Mundial de Pilotos tras conseguir auspiciosos resultados en los anteriores cuatro circuitos -segundo en California, primero en Brasil, segundo en Buenos Aires y tercero en San Marino-, pero la tensión interna en el equipo era palpable.
Las reiteradas discusiones entre la dirección de la escudería y el propio Reutemann ya eran moneda corriente porque el argentino era el número dos en la estructura, donde la preferencia estaba en favor del australiano Alan Jones, quien además venía de ser campeón. A ello se le sumaba que el brasileño Nelson Piquét, piloto de Brabham, le pisaba los talones en el campeonato.
El clima que se vivía en la provincia de Limburgo aquel 17 de mayo era más que complejo: los mecánicos habían realizado una protesta en la previa de la carrera debido a las malas condiciones de seguridad que presentaba el circuito en el sector de boxes. Al mismo tiempo, un operario de Arrows saltó del muro para ayudar a uno de los pilotos, que había tenido dificultades para encender el monoplaza, y fue atropellado por otro coche después de que el procedimiento de luces no se detuviese. El azar jugó a su favor y no sufrió heridas graves.
Leé también: La confesión de un campeón de la Fórmula 1: Lewis Hamilton no maneja en ciudades o rutas porque se estresa
Lole, gracias a su producción en la clasificación, logró salir en la pole; aquel lugar debía pertenecerle a Alan Jones -con el que ya había tenido varios cruces-, pero había recibido una penalización por no cumplir con la altura reglamentaria del vehículo. Didier Peroni, de Ferrari, perdió terreno a pesar de que había logrado superar al santafesino en la primera vuelta y una serie de despistes de sus rivales en varias curvas dejaron a Reutemann cara a cara con el triunfo.
Carlos Reutemann: un accidente que marcó su triunfo
La duodécima victoria del piloto en el certamen mundial estaba sentenciada, pero a falta de 16 vueltas -eran 70 en total- se bajó la bandera de cuadros cuando empezaba a llover. El argentino llevaba más de medio minuto de ventaja por sobre el francés Jacques Laffite (Ligier) y pudo encabezar el podio. Sin embargo, la celebración no estaba en los planes de Lole.
Dos días antes, durante el primer ensayo, el santafesino circulaba en la calle de boxes cuando Giovanni Amadeo, un mecánico del equipo Osella, se atravesó en su camino. “Tuve un accidente muy desafortunado. En un circuito donde hay muy poco espacio, una de las piernas de él tocó mi rueda delantera y trasera. Cayó y golpeó la cabeza contra el cordón”, graficó Reutemann minutos después del hecho en una entrevista televisiva.
La situación fue tan compleja que el piloto decidió no salir a la pista en la segunda práctica. Aun así, quedó con el mejor tiempo ya que la calzada resbaladiza obligó a los conductores a moverse con cautela. Después de encerrarse en su casa rodante, Carlos esperó un nuevo parte médico: horas más tarde, Amadeo falleció en un hospital cercano producto de las heridas sufridas.
Leé también: Fórmula 1: el día que Reutemann ganó en Austria con Brabham
Fue un fin de semana de locos en Bélgica, porque al incidente que protagonizó Reutemann se sumó otro en la misma largada del Gran Premio. A Riccardo Patrese no le arrancó el Arrows e hizo reiteradas señas para que no se largara. En lugar de detener la largada, los comisarios deportivos hicieron caso omiso y dieron luz verde. Mientras tanto, un mecánico del equipo inglés, David Luckett, saltó a la pista y quiso asistir al coche del italiano, cuando el resto de los autos arrancó. Fue entonces cuando Siegfried Stohr, el otro competidor de Arrows, atropelló a Luckett, que sufrió fracturas en sus dos piernas.
