Con el GP de Gran Bretaña, la Fórmula 1 regresa este fin de semana al mítico circuito de Silverstone, donde Ferrari, la escudería más ganadora de la categoría, obtuvo el primer triunfo de su historia. Y el responsable de semejante hito fue un argentino, que además provocó que se pronunciara una emblemática frase que pasó a la historia.
Allí, el 14 de julio de 1951, el piloto argentino José Froilán González, a bordo de una Ferrari 375, cruzó la meta 51 segundos antes que su amigo Juan Manuel Fangio y rompió la imbatibilidad de Alfa Romeo en circuitos europeos de F1, un acontecimiento que marcó un antes y un después en el automovilismo mundial y emocionó como pocas veces al fundador del Cavallino Rampante, Enzo Ferrari, quien inmortalizó aquel éxito con la frase “hoy maté a mi madre”.
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La historia detrás de esta sentencia tiene que ver con lo que significó Alfa Romeo en la vida de Don Enzo, una relación que durante casi 20 años lo vio pasar de probador a piloto, asistente de ventas y finalmente director de la división Alfa Corse.
El vínculo comienza una vez terminada la Primera Guerra Mundial. Il Commendatore había perdido a su padre y a su hermano, y debió salir a buscarse la vida en una Italia tan devastada como su propia familia.
Ya todo un apasionado por los coches, dejó su Módena natal y viajó a Turín con una carta de recomendación para pedir trabajo en Fiat. Lo rechazaron. Sin embargo, consiguió empleo en la empresa Costruzioni Meccaniche Nazionale (CMN), en Milán, donde pudo comprarse un viejo Alfa Romeo para competir en carreras.
El 24 de octubre de 1920, Ferrari terminó segundo en la Targa Florio y esa notable actuación llamó la atención de los responsables de la marca, que lo invitaron a desempeñarse como piloto de Alfa Romeo. Sin grandes resultados en la pista, a la par Enzo empezó a destacarse en su rol de vendedor y técnico de algunas estructuras competitivas de Alfa Romeo.
Ya era Il Commendatore, título que el gobierno fascista le había entregado en 1927 por sus servicios a Italia en el campo deportivo, cuando fundó la Scuderia Ferrari en 1929, en Módena.
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El objetivo principal era organizar carreras para sus miembros, pero también creó un equipo con dos Alfa Romeo, que funcionaba como un apéndice de escudería de la Biscione (así es como se llama la ‘serpiente’ de su escudo), de quien recibía apoyo económico a cambio de soporte técnico. Su primera creación fue el Alfa Romeo 158 Alfetta, un modelo que le llevó a dirigir el departamento de carreras de la firma de Milán hasta su desvinculación en 1939.
Por eso, después de la victoria de Froilán González en Silverstone, Ferrari le envió un telegrama a Orazio Satta-Puglia, el director deportivo de Alfa Romeo: “Todavía siento por nuestra Alfetta la adolescente ternura del primer amor. Lloré de alegría. Pero mis lágrimas de entusiasmo se mezclaron con aquellas de tristeza porque pensé ‘hoy maté a mi madre’”, rezaba la comunicación. El alumno le había ganado al maestro.
GP de Gran Bretaña 1951: el histórico triunfo de Froilán González
La leyenda de Ferrari empezó a escribirse en Silverstone con Froilán González, quien tuvo el destino al servicio de su talento, ya que en aquella temporada de 1951 el equipo estaba completo, con Alberto Ascari y Luigi Villoresi como pilotos estrellas. La tercera butaca era para Dorino Serafini, quien se accidentó y fue reemplazado por Piero Taruffi, un motociclista que tenía contrato con Gilera y no iba a estar disponible para la carrera en el Reino Unido.
Ahí, Don Enzo le envió un telegrama a Nello Ugolini –el director deportivo- para que le diera una oportunidad al “Cabezón” en Reims, en el GP de Francia; la rotura de la caja de velocidades de Ascari determinó que el arrecifeño le cediera el auto y el italiano finalizara segundo de Fangio. Sin embargo, esa actuación le sirvió para ganarse el asiento vacante en Gran Bretaña.
Y en el trazado de Silverstone ocurrió el milagro: Froilán lideró los entrenamientos, marcó la pole con una diferencia de más de dos segundos sobre sus compañeros de escuadra y, después de 2 horas y 42 minutos de manejo, le dio a Ferrari su primera victoria en la Fórmula 1, derrotando a las Alfetta que el propio Enzo había construido.