Las puertas pintadas de azul y oro dan ingreso al auto más bostero de la Argentina. Como Palermo y Riquelme en una noche de Copa Libertadores, las luces auriazules en el piso combinan perfecto para que el pasajero sienta la pasión xeneize en un viaje nocturno. Las galeras murgueras en el fondo, la careta del actual presidente en el parabrisas y las estrellas en el techo que cuentan los títulos boquenses completan la escena. Una escena que no termina ahí porque su conductor, el creador de esta pasional idea, también vive a lo Boca.
“¡Boca! ¡Boca! ¡Boca!”, grita José Luis Godoy por las calles de La Boca un miércoles a las 11 de la mañana, como si el Xeneize estuviera por jugar un clásico contra River. Los hinchas que pasan por los alrededores de La Bombonera lo miran con la complicidad de la pasión y los extranjeros que se acercan a conocer el estadio lo observan con tanto asombro como curiosidad.
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Detrás del fanatismo por Boca y de la ingeniosa idea que cada vez es más popular entre los hinchas y en las redes sociales, se esconde una historia que involucra una separación después de 20 años y un quiebre que cambió la vida de José Luis para siempre.
“Yo iba a comprar otro auto, pero le vi la patente 112 y pedí parar todo”, dijo José Luis Godoy a TN sobre como comenzó la historia con el vehículo que hoy le da de comer. En el medio, trabajó de lavacopas, de mozo, en una herrería, instalando fibras ópticas y hasta de seguridad. Desde que tiene memoria salía del trabajo y se ponía la azul y amarilla.
Hace 20 años que trabaja como remisero, pero hace solo tres que comenzó a “bosterizar” su auto. “Me separé después de 20 años con la madre de mis dos hijos. Cuando me divorcié, solo me quedó el auto y trasladé mi pasión a él. No tenía a nadie que me dijera que no”.
“Para hacer esto y estar en pareja, tu pareja tiene que tener el mismo nivel de locura, de pasión. Hacer gastos que no se justifican. Hoy lo puedo hacer porque no tengo responsabilidades, mis hijos están grandes, yo vivo y me mantengo solo. No tengo problema para hacerles cosas al auto, no tengo quien me diga que no lo puedo hacer”.
La transformación del auto se fue dando de manera tan natural que los hijos del nacido en la localidad bonaerense de San Martín tuvieron que advertirle: “Papá, ¿no se te está yendo la mano con el auto?”, le dijeron. Lo que había comenzado con una vieja camiseta como funda de asiento terminó siendo una “bombonera móvil”.
El bostero de 51 años contó que las remeras que puso en los asientos eran suyas y al gustarle cómo quedaban, decidió avanzar con la decoración: “Fue una semana de decoraciones chiquitas. Le puse una gorrita, un barbijo porque estábamos en pandemia y la funda al volante. Cuando me di cuenta tenía todo el auto de Boca”.
La primera gran inversión fue pintar las puertas de cada una de las puertas, que le salió cada una $60.000 hace más de dos años. Para llevarlo adelante vivió una insólita situación con el encargado de pintarlas, que trató de negarse a hacerlo. “No José, cómo vas a pintar la puerta, vas a sacar el original del auto y no lo vas a poder vender”, le dijo su amigo, pero la respuesta de José fue tajante: “Vos pintalo que yo te pago y punto”.
Con las puertas ya pintadas, llegó el turno de “bosterizar” el techo. Para ese sector del auto se le ocurrió algo creativo: pintar el fondo de azul y con el paso del tiempo ir sumándole estrellas amarillas bordadas a medida que Boca vaya ganando títulos. De hecho, en el mismo techo conviven la estrella 73 y la 74.
“Mandé a hacer las dos galeras de atrás, una de Perú y otra de Boca. La tercera la encontró un amigo en un tacho de basura a la salida de la bombonera. La limpié y la restauré, está de decoración”, contó José Luis sobre su auto que, desde afuera, parece un remis común y corriente.
José Luis contó que hasta ahora lleva invertidos alrededor de $2.000.000 en la transformación de su auto y tiene nuevos proyectos en mente: “Lo próximo que le quiero hacer es pintarlo de azul por afuera y ponerle luces al techo”
La reacción de los hinchas y de los rivales
“Cuando un bostero ve a otro con la misma pasión, se pone contento”, sentenció José Luis sobre la respuesta que recibió por parte de los hinchas de Boca a medida que fue ganando popularidad. Del otro lado de la vereda, la reacción es distinta, pero se mantiene el respeto.
Godoy dijo que la sorpresa de los pasajeros se genera porque “el auto no tiene nada por afuera, está pintado con los vidrios polarizados y limpio”. “Cuando entrás al auto es cumbia, música de boca y ambiente de alegría”, aseguró.
De ese contacto entre bosteros es que nació un posible apodo: “Algunos me dicen que es un museo y otros dijeron ´bombonera móvil´. Yo no le había puesto nombre al auto, pero creo que representa la pasión del hincha de Boca”.
En paralelo, mantiene una buena relación con los pasajeros que son hinchas de otros equipos y se suben a su auto: “Siempre es con respeto, acá se puede subir un hincha de River y va a tener el mismo trato que el hincha de Boca. Entre hinchas solemos valorar la pasión de cada equipo, me gusta ver cuando se identifican con su club”.
Es tal el respeto que se mantiene que José Luis cambia de lista de música cuando se sube un fanático de otro club: si se sube un hincha de Boca deja las canciones de cancha de “La 12″, pero si un pasajero entra con una camiseta de otro club, pone su playlist de cumbia colombiana.
Él sabe lo que es convivir con hinchas de River: su mamá es del conjunto de Nuñez, al igual que su hija y su nieto. A este último trató de convertirlo, pero no pudo: “Le dije si quería ser hincha de Boca y me dijo que quería ser de River como el padre”.
La pasión por Boca y el sueño de conocer a un ídolo xeneixe
“Siento que puedo demostrar mi pasión y amor por Boca a través de mi auto. Mi pasión es Boca, siempre estoy vestido de Boca. Me voy al gimnasio, a pescar, a la iglesia y a un cumpleaños vestido de Boca, siempre azul y amarillo”, dijo a TN José Luis.
Entre fotos y saludos de xeneizes que pasaban por la cancha y reconocieron el auto, el remisero contó que su máximo ídolo de Boca es Carlos Tevez, incluso por encima de Diego Maradona y Juan Román Riquelme, a quienes respeta y admira.
En ese sentido, expresó: “Todo bostero tiene de ídolo a Maradona y a Riquelme, pero yo prefiero a Carlitos. Me pones a todos y elijo a Tevez. Es mi debilidad por su humildad, yo lo respeto mucho”.
Con el crecimiento de su popularidad entre los hinchas bosteros y la ola de seguidores que sumó a través de las redes sociales, José Luis cada vez se ilusiona más con su sueño de conocer a uno de los máximos ídolos xeneixes: “Sé que un día se va a dar, Carlitos no tiene problema. Ojalá que me lo pueda cruzar”.
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Por último, aclaró que subiría a varios jugadores de River a su remis pero que si tuviera que subir a uno en especial elegiría a Enzo Francescoli. Entre risas, reveló a quien no dejaría entrar: “A Ramón Díaz porque es muy gallina”.