El árbitro Fernando Espinoza fue agredido en el final del partido entre Instituto y Estudiantes de Caseros que terminó 1-1 y le dio el ascenso a primera división al conjunto cordobés por ventaja deportiva.
El partido fue caliente y Espinoza expulsó a dos jugadores del “Pincha” de Caseros: a Lautaro Lusnig en el final del primer tiempo y al ingresado Elías Alderete sobre los 30 minutos de la segunda etapa. Antes de la media hora de juego también había echado a Walter Otta, DT de Estudiantes.
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El equipo visitante fue sumando elementos polémicos durante toda la noche. Entre las dos primeras expulsiones -la de Lusnig y la de Otta- y la última, convirtió el empate Fernando Alarcón de cabeza. La imagen de la televisión mostró que el defensor estaba medio paso adelantado al momento de cabecear al gol que le dio el ascenso al equipo cordobés
Una vez terminado el encuentro, los jugadores de Estudiantes fueron a increpar al árbitro, lo encerraron y la policía tuvo que escoltarlo en la mitad de la cancha. En medio del escándalo, Espinoza recibió una piña en la cara.
La transmisión no logró capturar el momento exacto, por lo que no se pudo percibir si fue un jugador, un ayudante o un colaborador, pero lo que sí se vio fue al árbitro notablemente herido unos instantes posteriores a la agresión.
“No voy a hablar del árbitro. No hace falta. Me quedo con el equipo nuestro. Morir como morimos, o como empatamos, me enorgullece más que ascender de la manera en que ascendieron”, declaró el delantero Facundo Pereyra una vez terminado el partido.
El atacante de Estudiantes de Buenos Aires dijo que “se ve que la definición tenía que ser así”, pero aseguró estar feliz por el torneo que hicieron. “Fue muy importante lo que hicimos, nadie confiaba. Solo nosotros”, agregó.
“Estoy feliz por el torneo que hicimos y por el grupo que tenemos, hicimos demasiado a nuestra forma y con nuestras armas. Solo palabras de agradecimiento a todos los directivos y compañeros. Quería ganar y ascender, pero terminar así me enorgullece”, culminó.
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Estudiantes de Buenos Aires e Instituto de Córdoba habían empatado 0-0 en la ida de la final del reducido, por lo que el conjunto de Caseros estaba obligado a ganar en Córdoba para lograr su primer ascenso a primera división, ya que la llamada “ventaja deportiva” beneficiaba al conjunto cordobés, que terminó la temporada regular con 68 unidades contra 57 del Pincha.
El encuentro comenzó con un gol tempranero del conjunto visitante. Un cabezazo de Juan Cruz Randazzo a los 13 minutos le dio la ventaja inicial y el elenco de Caseros acarició el ascenso, hasta que un cabezazo del defensor Fernando Alarcón igualó las cosas a los 12 del segundo tiempo.
Los fanáticos coparon el estadio de Alta Córdoba con más de 27.000 personas, que verán al ‘albirrojo’ en la máxima categoría tras 16 años en la Primera Nacional. Instituto acompaña así al otro elenco cordobés, Belgrano, que consiguió el ascenso directo al ganar el torneo.