River no aprendió de sus errores. Repitió los mismos que cometió en el Superclásico ante Boca y el resultado fue contundente: 0-3 ante Palmeiras en la ida de la semifinal de la Copa Libertadores. Perdió por las virtudes del rival, pero también por sus errores groseros: el de Franco Armani que propició el primer gol de los brasileños y la expulsión de Jorge Carrascal tras la que llegó el tercero de los de Abel Ferreira.
El colombiano vio la roja a los 15 minutos del segundo tiempo, cuando el Millonario ya perdía 2 a 0 y debía dedicarse a no sufrir más goles pero en una muestra de absoluta frustración e impotencia le cometió una violenta falta a Gabriel Menino ante la que el árbitro uruguayo González Cabrera no dudó: expulsado.
Suficiente para desmoronarse, sobre todo porque de esa falta en favor de Palmeiras llegó el tercer y definitivo gol, convertido por Matías Viña.
El Panorama es complejo, de máxima tensión para un equipo que sufrió dos expulsiones en los últimos dos partidos, y tras ambas River sufrió un gol. Ante Boca fue el empate de Sebastián Villa y este martes ante Palmeiras fue nada menos que el que puede haber sentenciado la llave.
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La reacción de Carrascal fue impactante. Y el primero que se dio cuenta del error fue el propio jugador, que abandonó el campo de juego con la cabeza gacha, acaso sabiendo que su grosero error empujó al equipo al KO. Las cámaras dejaron ver su paso rumbo a los vestuarios totalmente derrotado. Todo un símbolo de la imagen colectiva que mostró River en el partido más importante que tuvo en el año.
El próximo será la revancha de esta llave de semifinales, que jugará el martes 12 en Brasil en busca del milagro que necesita para soñar con la final.
