“Salgan a luchar por sus sueños, estamos de paso por la vida. Todo lo que es nuevo es revolucionario, y los deseos son propios”. Con esas palabras, Mara Gómez les dio ánimo a las chicas para que puedan cumplir sus anhelos. La delantera de 23 años se convirtió en la primera jugadora trans en participar de un partido de la Primera División del fútbol femenino de la AFA. Fue en el encuentro en su equipo, Villa San Carlos, perdió ante Lanús por 7 a 1, por la fecha 2 de la Zona D.
Una semana después de ser habilitada por la AFA, Mara Gómez pudo cumplir el objetivo que se trazó a comienzos de año cuando se sumó al plantel de Villa San Carlos. “Lo que uno busca es disfrutar y ser parte de este mundo, independientemente del sexo o género. Estoy agradecida que haya un estado presente y haya una ley de género”, dijo la delantera.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tomó como jurisprudencia la Ley 26.743 de Identidad de Género, sancionada en nuestro país en 2012, para habilitar a Mara. Esa ley, entre otras cosas, establece la obligatoriedad de que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad de género autopercibida.
Luego de varios meses de espera -con una pandemia en el medio-, Gómez fue titular por primera vez en el equipo dirigido por Juan Cruz Vitale en una jornada histórica para el fútbol argentino.
El debut de Mara Gómez también marcó un antecedente en el deporte mundial ya que la inclusión de deportistas trans es un debate abierto hace años, al punto que el Comité Olímpico Internacional (COI) recomendó que ya no es “necesaria una operación para competir en la rama correspondiente a la identidad de género que expresan”.
En la Argentina, afortunadamente, existe ese derecho y por eso Mara Gómez se convirtió en la primera trans en jugar en la máxima categoría del fútbol femenino.
“Fueron largas las luchas, de mucho sufrimiento, pero no es una conquista personal, es una conquista colectiva, y claramente marca el pasado duro que tiene la comunidad y el colectivo LGTB”, agregó Mara, quien en varias oportunidades consideró que el fútbol le “salvó la vida”.
Mara comenzó a jugar al fútbol a los 15 años, en la adolescencia tras sufrir situaciones de “discriminación y exclusión” lo que la llevó a querer suicidarse “un montón de veces”, contó. El fútbol fue “como una terapia para mí. Realmente logró la contención que yo necesitaba en ese momento”, agregó.
”He tenido que atravesar un montón de obstáculos, adversidades, que me ha presentado no solo el deporte sino mi orientación, mi condición sexual en la vida”.
En Argentina las mujeres transgénero tienen una esperanza de vida promedio de entre 32 y 40 años.