Sebastián Montoya ya tiene muy claro a sus 15 años que quiere seguir los pasos de su padre, Juan Pablo Montoya, que llegó a ser un excelso piloto de Fórmula 1. Pero en este caso, el joven fue noticia porque sufrió un accidente en la Fórmula 4, mientras disputaba una carrera en el circuito de Imola, en Italia.
En la segunda carrera del fin de semana, y cuando trataba de sobrepasar al corredor Joshua Dürksen, su auto tocó al del rival, se descontroló y terminó chocando contra una pared.
A pesar de lo aparatoso del accidente, que terminó con el coche dando vueltas y algunos pedazos en el césped, el corredor colombiano salió ileso. Es más, su equipo pudo restaurar el coche y él participó en la tercera carrera del fin de semana (en la Fórmula 4 se hacen tres carreras por circuito), en la que terminó dentro del top 10.
“Durante la pasada el alerón delantero del otro auto me cortó la llanta y terminé en el muro. Creo que es el accidente más duro que he tenido”, contó el juvenil colombiano, que sueña con llegar hasta la Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo, donde también triunfó su padre, el piloto colombiano más exitoso de la historia.
En tanto, Gabriele Miní se consagró campeón a falta de una fecha para terminar el calendario. El italiano es el primero de su nacionalidad en lograr el título de la categoría desde la creación de la misma en 2014.
Un chico con futuro
En un artículo publicado por la revista Jet-Set, se consideró a Sebastián como uno de los pilotos del futuro y con grandes chances de seguir los pasos de su padre para llegar a la Fórmula 1. Según el propio Juan Pablo, su hijo a los 14 ya es capaz de hacer cosas que ni él mismo no lograba a los 20, como saber interpretar la información transmitida por los sensores del vehículo.
Además, tiene un estilo de manejo muy apropiado para los circuitos europeos, en el que combina hábilmente la suavidad de conducción de su abuelo Pablo Montoya, con la bravura y determinación para adelantar de Juan Pablo. Esa bravura se vio este fin de semana en el incidente que le costó el accidente y con la decisión de seguir compitiendo a pesar de lo que le había pasado.
