La renuncia de Josep María Bartomeu y de la junta directiva del Barcelona abrió un nuevo escenario en el club catalán. O por lo menos eso quieren pensar muchos hinchas que, ante la salida del ahora expresidente, se ilusionan con la posibilidad de que Lionel Messi decida renovar su contrato en junio del año que viene, fecha de finalización del vínculo.
A dos meses de la pelea pública entre Messi y la junta directiva, con el burofax que mantuvo en vilo al mundo del deporte, Bartomeu anunció este martes su renuncia. Una renuncia que se aceleró en las últimas horas luego de que la Generalitat (gobierno autonómico catalán) no pusiera ninguna traba para llevar a cabo el voto de la moción de censura en su contra. Bartomeu sabía que iba a perder, entonces se fue. Pero el primer paso importante hacia su salida lo dio tras el conflicto con el crack rosarino. Su imagen, que no era buena, se terminó de dañar.
Los hinchas tomaron partido de inmediato y muchos de ellos fueron en aquel momento, mientras se definía el futuro de Messi, al estadio Camp Nou para protestar y para pedir la salida de Bartomeu. Finalmente Messi cedió, evitó ir a juicio y se quedó en Barcelona. Pero el malestar quedó con Bartomeu por casi dos meses más: la situación, finalmente, se terminó este martes.
Ante esa situación, ya sin Bartomeu en el club, las dudas recaen ahora sobre Messi: ¿sostendrá su decisión de irse del club el año que viene o se quedará? Muchos hinchas creen que sin Bartomeu, Leo podría repensar su continuidad. Lo concreto, y según informan desde España, es que todo dependerá de las próximas elecciones. El candidato que gane deberá proponerle un proyecto deportivo robusto. Por lo momento, Carles Tusquets asumirá el cargo de manera interina y deberá convocar a elecciones en un plazo de entre 40 y 90 días.
La pelea Messi-Bartomeu
A finales de agosto, luego de la humillante eliminación en manos de Bayern Munich en cuartos de final de la Champions League, La Pulga tomó la decisión de dar un paso al costado y buscar nuevos horizontes para su carrera.
Leo, quien aún tenía un año de contrato con el club, se amparaba en una cláusula que establecía que podía romper el vínculo de manera unilateral y sin costo alguno. Desde la dirigencia se pusieron firmes y señalaron que en aquel momento ya había finalizado el plazo establecido para llevar adelante esa medida y que, si un club quería llevárselo debería abonar la cláusula de rescisión: 700 millones de euros.
Ante la insistencia del rosarino, que se ausentó a la primera semana de prácticas, se dio una reunión cara a cara entre Bartomeu y Jorge Messi. Allí, dejaron en claro al padre de La Pulga que no tendrían problemas en llevar el caso del futbolista a la Justicia.
Fue entonces que el capitán de la Selección argentina analizó la situación y decidió quedarse en el equipo. Pero solo para cumplir su contrato. Ahora, sin Bartomeu, se abre un nuevo escenario.
