En la provincia de Buenos Aires, a unos 160 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra Plá, un pueblo escondido con apenas 200 habitantes. Este pequeño rincón rural parece detenido en el tiempo, pero cada semana cobra vida gracias su bodegón, un espacio que abre solo dos veces por semana y siempre está lleno. Y esto lo convierte en un lugar ideal para hacerse una escapada.
Este sitio se abrió en el Club Ciclón Plá, sede de los recuerdos de todos los habitantes del pueblo. Fundado en 1929, el club fue escenario de las fiestas más populares de entonces: bailes, celebraciones de matrimonio o incluso cumpleaños de sus habitantes. Allí, por ejemplo, los padres de Adriana y Patricia Álvarez celebraron su casamiento.
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Hoy, dueñas del bodegón, le dieron vida a las paredes que cuentan gran parte de la historia de Plá. Fiel testigo del paso del tiempo, pero también guardián de secretos, tristezas y alegrías.
Un bodegón que late en el corazón de Plá
El bodegón del Club Ciclón Plá es mucho más que un lugar para comer. Con su ambiente sencillo, mesas de madera y manteles de tela, es un punto de encuentro para sus habitantes y de paso obligatorio para todas aquellas personas que decidan conocer Plá, “la capital del mundo”.
Cuenta la leyenda que el decidor del pueblo, Néstor Pietrobelli, terminaba siempre sus payadas con la frase “soy de Plá, la capital del mundo” y no bastó más para que el pueblo la incorpore y lleve consigo como parte de su identidad.
Plá se encuentra a unas dos horas en auto desde la Ciudad de Buenos Aires. Para llegar, se toma la Ruta Nacional 5 hasta la localidad de Alberti, desde donde se continúa por caminos rurales hasta llegar a Plá. El paisaje que acompaña el recorrido es una postal de la llanura bonaerense, con campos de cultivo y grandes cielos abiertos.
Club Ciclón Plá: más que un bodegón
El Club Ciclón Plá, donde se encuentra el famoso bodegón, es el centro de la vida social y deportiva del pueblo. El fútbol es uno de los pilares del club y los partidos locales son eventos que atraen a toda la comunidad. Las competencias deportivas y las celebraciones que se realizan en el club refuerzan el sentido de pertenencia de los habitantes de este pequeño pueblo.
Aunque es un pueblo pequeño, Plá ofrece algunas atracciones que encantan a quienes buscan tranquilidad y una experiencia auténtica del campo bonaerense. Además del famoso bodegón, uno de los puntos más destacados es la plaza principal, un lugar tranquilo y rodeado de árboles donde se puede descansar y disfrutar del silencio del campo.
Para los amantes de la fotografía, el paisaje rural de Plá es una oportunidad perfecta para capturar la esencia de la Pampa argentina. Los paseos por los caminos de tierra, las casas antiguas y las vías del tren que ya no funcionan son escenarios ideales para tomar fotos y desconectar de la vida urbana.
La capilla del pueblo, de construcción sencilla y estilo colonial, es otro de los atractivos que vale la pena visitar. Su arquitectura refleja la historia de Plá y la fe de sus habitantes, siendo un lugar importante para las celebraciones locales.
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Plá fue fundado el 28 de marzo de 1923, en una época en que el desarrollo de los ferrocarriles impulsó el crecimiento de muchos pueblos rurales en la provincia de Buenos Aires. Al igual que muchos de esas localidades, Plá creció alrededor de la estación de tren, que hoy en día está fuera de servicio, pero convertida en una biblioteca a la que pueden acceder todos sus habitantes.