El 4º Congreso Federal Ganadero del Rosgan, celebrado en la Bolsa de Comercio de Rosario bajo el lema “La revancha de la ganadería”, reunió a productores, técnicos y dirigentes del país para debatir sobre los desafíos y oportunidades del sector.
En ese contexto, el economista y empresario pyme Gustavo Lazzari ofreció una mirada crítica sobre el contexto macroeconómico y los obstáculos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas del agro.
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Lazzari, conocido por su defensa de la actividad privada, sostuvo que “la Argentina necesita reformas urgentes para que las pymes vuelvan a invertir”.
En diálogo con TN, remarcó que las dos transformaciones más importantes que debe encarar el Gobierno son la reforma laboral y la tributaria, y advirtió que ambas deben aprobarse “rápido, con contundencia y sin postergaciones”.
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“El Gobierno prometió avanzar con las dos reformas más importantes del país: la laboral y la impositiva. Hay que hacerlas relativamente rápido, no dejarlas para el año que viene. Cada mes que se demora implica 20 vencimientos impositivos más para una pyme”, graficó.

Lazzari explicó que si bien las reformas no tendrán un impacto inmediato, son “condiciones necesarias” para recomponer la estructura productiva. “Las pymes no van a levantar en dos meses, pero sin esas reformas no hay horizonte”, apuntó.
El economista señaló que el presupuesto nacional será el primer test de la nueva etapa política y que los gobernadores deberían acompañar los cambios. “Las provincias son las principales beneficiarias de una reforma laboral y tributaria bien hecha, porque si hay inversión, va a ir hacia donde están los recursos, no donde está el mercado”, afirmó.

“Hay que seducir al inversor local”
En su intervención, Lazzari planteó que el país necesita recuperar el crédito productivo y bajar la presión impositiva para que las pymes vuelvan a generar empleo y valor agregado.
“La Argentina está en los pañales del crédito. Durante los últimos 20 años, las pymes argentinas recibieron el mismo nivel de financiamiento que las de Zimbawe o Zambia”, comparó.
Según explicó, la recuperación del crédito requiere estabilidad macroeconómica, baja inflación y un sistema financiero que evalúe proyectos, no garantías.
“Hay que empezar a prestar contra el negocio, no contra el galpón. Si el país mejora, las empresas van a tener crédito y podrán invertir”, señaló.
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El economista describió la situación actual como la de “un tren fuera de las vías”. “Hay empresas que no pueden volver a producir con pico y pala. Necesitan capital para ponerse de pie. Por eso el crédito no es un lujo: es imperativo”, sostuvo.

Consultado sobre las posibilidades de inversión extranjera, Lazzari reconoció que hoy está concentrada en sectores como la energía y la minería, pero subrayó que el verdadero motor está en el capital nacional.
“Confío más en la inversión local que en la extranjera. El motor de la economía es el tipo que tiene dos gambas guardadas y miedo de invertirlas. A ese hay que seducirlo con reglas claras, buenos negocios y menos impuestos”, enfatizó.
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Lazzari insistió en que la presión impositiva sobre el campo debe reducirse de manera automática. “Ojalá que la reforma tributaria contemple una baja gradual y sostenida de los derechos de exportación. Cuando el Gobierno eliminó las retenciones por tres días, se generaron siete mil millones de dólares: cien millones por hora. No hay otro sector que produzca eso”, ejemplificó.
Sobre el conflicto con los gremios, especialmente con el sector aceitero que anticipó posibles medidas de fuerza ante la discusión laboral, Lazzari se mostró prudente pero firme: “Seguramente va a haber tensión, pero esta reforma no se puede imponer por la fuerza. Hay que explicarla. Para un trabajador, no hay nada mejor que haya ofertas de empleo. El régimen actual beneficia a unos pocos que ya están adentro, mientras deja afuera a millones”.
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El empresario cerró su exposición con un mensaje a la dirigencia política y a los productores: “El sector privado no puede dormirse. Hay que insistir, presionar y explicar que somos el motor de los dólares de la Argentina. Sin inversión ni crédito, no hay desarrollo posible”.
En un congreso marcado por la necesidad de mirar hacia adelante, las palabras de Lazzari resonaron entre los asistentes como una advertencia y una hoja de ruta.
La ganadería y las pymes agroindustriales, señaló, comparten el mismo desafío: reconstruir la confianza para volver a producir, invertir y generar trabajo en un país que necesita, más que nunca, estabilidad y previsibilidad.


