En la décimo tercera edición del Sello de Buen Diseño Argentino, el microtractor Chango fue distinguido como uno de los desarrollos más innovadores en el segmento de maquinaria agrícola.
Se trata de un sistema de máquinas y herramientas multipropósito diseñado por un equipo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) —IPAF Región Pampeana, Instituto de Investigación Ingeniería Rural y Estación Experimental Agropecuaria Hilario Ascasubi—, pensado para mecanizar de manera eficiente las labores que se realizan en las chacras de pequeña escala.
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La ceremonia de entrega se realizó el 2 de octubre en el Palacio Libertad. Allí se reconocieron 478 productos de distintos sectores y se exhibieron varias de estas innovaciones.
Un jurado de 117 expertos seleccionó los desarrollos destacados, entre ellos el microtractor Chango, que se ubica dentro del segmento de maquinaria agrícola junto a equipos de firmas nacionales como Crucianelli, Super Walter, Metalfor y Ombú.

Un desarrollo con base tecnológica local
El Sello de Buen Diseño Argentino es una distinción oficial otorgada por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Emprendedores (Sepyme), a través del Programa “Plan de Diseño” del ministerio de Economía.
Su objetivo es fortalecer la competitividad industrial y aumentar las posibilidades de inserción de productos argentinos en mercados nacionales e internacionales mediante la incorporación de gestión de diseño.
“Entendemos que el diseño es una herramienta de competitividad para todas las industrias. Cada producto genera innovación y diferencial desde lo funcional, estético, comercial y sustentable, y el diseño tracciona todos esos aspectos”, explicó Sebastián Feinsilber, coordinador del Plan Nacional de Diseño.
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Feinsilber subrayó que los desarrollos agrícolas distinguidos no son simples máquinas, sino “sistemas de agro integrados, atravesados por el diseño”, que combinan conocimiento técnico y capacidad exportadora.
“Para el desarrollo de estos productos hay mucho cerebro atrás, mucho conocimiento, y es un conocimiento que se exporta: Argentina es un gran exportador de maquinaria agrícola”, destacó.

La tecnología Chango está compuesta por un sistema modular de máquinas y herramientas que se conectan entre sí para mecanizar labores de 31 cadenas agroalimentarias.
Su planificación implicó diseñar de manera integrada cada una de las piezas y sus relaciones físicas, funcionales y constructivas con el microtractor.
“Chango tiende a un nicho muy específico. Es un gran desarrollo que tiene muchísima tecnología atrás y atiende una necesidad muy puntual donde el diseño aporta una función clave”, señaló Feinsilber.
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Sergio Justianovich, investigador del IPAF Pampeano, explicó que el proyecto implicó construir una red de cooperación inédita: “La planificación requirió del diseño de una red de constructores: 50 nodos de INTA, vínculo con 40 PyMEs proveedoras de máquinas y herramientas, y convenios con otras áreas del sistema científico-técnico, como la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Rosario”.
La estandarización del conjunto aumentó la flexibilidad del sistema, permitió múltiples combinaciones entre equipos y mejoró la confiabilidad de los productos.

En paralelo, INTeA S.A. —la empresa de vinculación tecnológica de INTA— impulsó acciones para transformar el desarrollo en un producto comercial. Mediante un acuerdo con la empresa Nievas Argentina, Chango comenzó a ser distribuido en sistemas productivos hortícolas, ganaderos y de yerba mate. Ya cuenta con representantes en Mar del Plata y La Plata, y próximamente sumará presencia en Chubut, Mendoza y Rosario.
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“Llevar un desarrollo tecnológico al mercado es un camino difícil, pero motivador”, señaló Fernando López, gerente general de INTeA.
“Tuvimos que generar espacios para compatibilizar perspectivas empresariales y científicas, acordar cómo fabricar en escala y definir estrategias comerciales para promover la adopción de la tecnología”.
Chango es un microtractor con dos velocidades de avance y toma de fuerza independiente. Posee un motor nacional de 4,5 HP y una estructura similar a la de un motocultivador, aunque con la particularidad de que el motor y la transmisión se alojan dentro de la circunferencia que describe la rueda.
Está diseñado para tareas estacionarias —como accionar bombas o moledoras— y dinámicas: manipulación, transporte, fertilización, preparación y conservación del suelo, siembra, plantación y recolección, entre otras.
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La obtención del Sello de Buen Diseño Argentino representa un reconocimiento a una estrategia de innovación local que articula investigación pública, diseño industrial, cooperación con pymes y transferencia tecnológica.
Para la pequeña agricultura, la tecnología Chango abre nuevas posibilidades de mecanización accesible, con base en desarrollos nacionales y con un enfoque integral.