La cooperativa láctea SanCor atraviesa una de sus peores crisis financieras de los últimos años.
Ante la falta de pago de salarios, aportes y deudas acumuladas, el sindicato de los trabajadores lecheros, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA), decidió solicitar la quiebra de la empresa, en un paso que refleja la gravedad de la situación y apunta a proteger los derechos de los empleados.
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La decisión fue tomada por unanimidad en una asamblea extraordinaria, donde se evaluó la magnitud de los incumplimientos y la imposibilidad de que la cooperativa sostenga sus compromisos financieros. La medida se formalizará ante el juzgado que lleva adelante el Concurso Preventivo de la compañía.
Según ATILRA, los motivos que llevaron a la solicitud de quiebra son claros. En primer lugar, la empresa mantiene una deuda histórica preconcursal de $69 mil millones por 1860 créditos laborales, un pasivo que evidencia la dificultad de la compañía para cumplir con sus obligaciones básicas.
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A esto se suma el incumplimiento post-concursal, con sueldos adeudados de abril a agosto de 2025, el aguinaldo y aportes esenciales retenidos a Obra Social del Personal de la Industria Lechera (OSPIL), Asociación Mutual del Personal de la Industria Lechera (AMPIL) y al propio sindicato. Estos atrasos superan los $14 mil millones, según informó ATILRA, y constituirían una prueba de insolvencia y cesación de pagos.

Deuda histórica y sueldos impagos marcan la situación crítica de la cooperativa
A pesar de la gravedad, la asamblea insistió en que la quiebra debe realizarse con continuidad de la explotación, lo que implica que la producción de SanCor no se detenga, que los establecimientos fabriles sigan operando y que los puestos de trabajo se preserven. El sindicato apunta a que la cooperativa siga funcionando mientras se buscan inversores capaces de inyectar el capital necesario para recuperar a SanCor como un actor relevante en la industria láctea.
La medida tomada por ATILRA refleja un doble objetivo: resguardar a los trabajadores y mantener viva la producción, evitando un colapso que podría afectar a miles de empleados y a la cadena láctea del país.
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El escenario que enfrenta SanCor es delicado y sus consecuencias podrían impactar tanto en el mercado interno como en la exportación de productos lácteos.
La búsqueda de nuevos inversores y el apoyo del sindicato serán claves para definir si la empresa puede superar esta crisis sin detener sus operaciones y sin que los trabajadores pierdan su fuente laboral.