En la actualidad, la preocupación por el origen de nuestros alimentos y el impacto de su producción en el medio ambiente es cada vez mayor. Ante esta realidad, en Luján nació La Amistad Bio con la misión de ofrecer productos que respeten tanto a las personas como a la tierra. Su enfoque radica en la agricultura biológica como un proceso integral, que abarca desde la preparación del suelo hasta el producto final que llega a la mesa. Lo conocimos en una nueva entrega de Arraigados, el ciclo de diez historias presentado por Chevrolet.
La producción de alimentos orgánicos certificados es el pilar de este emprendimiento, simbolizando un esfuerzo consciente por minimizar la huella de la industria alimenticia. Al evitar las transformaciones genéticas y el uso de agroquímicos, se asegura que los alimentos crezcan de manera natural, preservando sus nutrientes esenciales y recuperando esos sabores auténticos que muchas veces hemos olvidado. Este método de cultivo, también conocido como horticultura orgánica, biológica o ecológica, aprovecha al máximo los recursos naturales sin recurrir a organismos genéticamente modificados, lo que resulta en alimentos más sanos y sabrosos, mientras se protege el entorno.

“Empezamos haciendo horticultura en pequeña escala. Gradualmente fuimos aumentando superficie, al principio teníamos media hectárea y después incorporamos mayor superficie hasta que en 2020 recuperamos toda la superficie del campo que son cerca de 20 hectáreas. Hoy en día, tenemos una variedad mucho mayor de cultivos“, explicó Martha Giusti, productora orgánica de La Amistad Bio mientras recorrimos el campo a bordo de la nueva Chevrolet S10.
Cultivos agroecológicos
El cultivo agroecológico va más allá de la simple producción de alimentos. Es una filosofía que reconoce el daño que los fertilizantes y pesticidas industriales causan al suelo, el agua y la atmósfera. En la agricultura convencional, el suelo pierde su composición original, aniquilando microorganismos vitales para la transformación de la materia inerte en nutrientes y para la retención del agua. Esto conduce a un empobrecimiento generalizado del suelo y a la contaminación de las napas de agua por componentes como el nitrato.
La vegetación que se nutre de suelos empobrecidos y aguas contaminadas es, inevitablemente, una vegetación deficiente. Esto significa que los productos que llegan a nuestras mesas a menudo provienen de ecosistemas cuya naturaleza ha sido corrompida. La raíz de este problema en la agricultura convencional es la priorización de la producción masiva y la reducción de costos, a expensas del medio ambiente, la calidad y la salud. Las cosechas tempranas y el almacenamiento en cámaras de frío provocan una significativa pérdida de nutrientes, un problema que persiste durante toda la cadena de distribución.
Por eso, La Amistad Bio busca restaurar el equilibrio natural del ecosistema, considerando todo el ciclo vital de la planta, desde la preparación del suelo hasta la entrega al consumidor. Se reconoce que la tierra es un organismo vivo que merece respeto y así busca restablecer las condiciones naturales de crecimiento de los alimentos, volviendo a los cultivos autóctonos y de estación. Esta práctica no solo enriquece el suelo, sino que también atrae a la fauna original, recuperando la biodiversidad del ecosistema, y logra producir vegetales más fuertes, con todos sus nutrientes.