El futuro de la agroexportadora Vicentin, el default privado más grande de la historia argentina, con US$1350 millones de deuda con 1600 acreedores, sumó un nuevo capítulo clave.
El juez Civil y Comercial de la Segunda Nominación de Reconquista, Fabián Lorenzini, rechazó el recurso presentado por los directores desplazados de la firma, quienes pretendían frenar el proceso de salvataje judicial abierto el pasado 27 de junio.
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Con la resolución confirmada, el cramdown avanza con el interés de once empresas dispuestas a tomar el control de la firma en crisis.
El magistrado calificó el recurso como “infundado” y consideró improcedente la apelación subsidiaria, por lo que ambas presentaciones fueron denegadas sin trámite.
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Además, recordó que los planteos ante la Corte Suprema de Santa Fe y la Corte Federal no tienen efecto suspensivo y, por ende, no paralizan la resolución judicial que habilita el rescate.

La Justicia ratificó el cramdown y habilitó la competencia por Vicentin
En ese marco, Lorenzini remarcó que el mecanismo de preinscripción funcionó con normalidad y que, al cierre del plazo, once compañías de reconocida trayectoria en el sector agroindustrial formalizaron su interés.
Entre las firmas inscriptas figuran Molinos Agro, Bunge SA, Viterra Argentina, LDC Argentina, Grassi SA, Unión Agrícola de Avellaneda (UAA), Atilio Marotte, Yabitel SA, Barbero Cereales SAU y Bioenergías Agropecuarias.
El juez respondió también a las críticas de la empresa original, que había cuestionado el sistema de pre-registro de oferentes, calificándolas como “irreflexivas” y contrarias al principio de conservación de la unidad productiva.
El magistrado defendió la transparencia del proceso y dejó en claro que el objetivo es preservar la empresa, el empleo y la cadena de valor asociada.
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Mientras tanto, la familia Vicentin no da marcha atrás. Solicitó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación que suspenda el cramdown, con el argumento de que podría causar “daños irreparables”.
La pulseada judicial sigue abierta, pero el interés mostrado por el sector privado marca un nuevo escenario para la histórica compañía cerealera.
Lorenzini aclaró en su resolución que la propia Vicentin conserva la posibilidad de participar como oferente en esta nueva etapa del proceso. Destacó que conocer con anticipación quiénes son los interesados en adquirir la empresa podría permitirle mejorar su propuesta original, en caso de que decida competir por la continuidad de la firma.
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Con este fallo, el magistrado reafirmó la intención del juzgado de avanzar con rapidez en un procedimiento que calificó como complejo, urgente y de alto impacto económico.
La definición del futuro de Vicentin es clave no solo para la firma y sus empleados, sino también para la red de acreedores y actores vinculados al negocio agroexportador nacional.