Con el manejo de siembra en distintas fechas, el maíz superó los temores por la chicharrita, en general esquivó la sequía, y ahora espera que aflojen las lluvias para retomar una cosecha que empezó con buen ritmo. Es el único cultivo que está vigente todo el año en distintas zonas: se acaba de terminar de sembrar y ya se recolectan buenos rindes promedio, mejores a los esperados meses atrás.
El contexto económico también es bueno: el mercado argentino, el precio medido en dólares es récord en 8 años. Por ello, ya se embarcaron 36 millones de toneladas de la campaña 23/24. lo cual contribuyó al ingreso de divisas de los últimos meses.
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Con un progreso del 5,4% del área estimada en 6,6 millones de hectáreas para esta campaña, la cosecha de maíz con destino a grano comercial comenzó con un avance 3,7% superior al promedio de los últimos ciclos agrícolas (2019-2024), según informó el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
“Los mayores progresos se registraron en el centro norte de Santa Fe, Entre Ríos y la zona núcleo. En esta última, las labores se adelantaron debido al estrés termo-hídrico sufrido por los cultivos durante el llenado de granos, lo que, en algunos casos, provocó una finalización anticipada de esta etapa, resultando en pérdidas de rendimiento por menor peso de los granos”, pormenorizó el informe.

A pesar de estas condiciones, los resultados preliminares indican un rinde medio de 77,9 quintales por hectárea, con una producción parcial de 2,77 millones de toneladas.
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“En este contexto, mantenemos nuestra proyección de producción en 49 millones de toneladas, lo que representa una reducción de 0,5 millones de toneladas en comparación con la campaña anterior”, indicó el reporte.
La soja se reanimó con las lluvias
En los últimos días, se han registrado precipitaciones, especialmente en la región central, lo que ha favorecido la mejora de la condición hídrica de la soja, tanto de primera como de segunda.
En contraste, en el norte de la región agrícola no solo no se han registrado lluvias, sino que, además, las altas temperaturas han predominado.
En consecuencia, el área en condición de cultivo “normal a excelente” se ha incrementado en tan solo 1%, mientras que la condición hídrica “adecuada a óptima” se vio aumentada en 2%.
En cuanto a los planteos de primera, más del 40 % de lo implantado sobre ambos núcleos ha iniciado el llenado de grano bajo un ambiente óptimo de humedad, mientras que sobre el NEA y el norte de Santa Fe, más del 30 % ha iniciado el período crítico bajo déficit hídrico.
En lo que respecta a la soja de segunda, a pesar de que algunos lotes han quedado ralos dada la escasez de humedad al inicio del ciclo, las últimas lluvias han sido benéficas, encontrando al 34% iniciando su período crítico, lo que ha contribuido a mitigar la pérdida de rendimientos.
Bajo este contexto, la BCBA mantuvo su proyección de producción en 49,6 millones de toneladas.
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Por otra parte, luego de un progreso intersemanal de 3%, la cosecha de girasol alcanza al 13,8 % del área apta. “Las lluvias de las últimas semanas han demorado el secado de los granos, resultando en un retraso de 4,7% respecto al ciclo previo y de 15,3% en comparación con el promedio de las últimas cinco campañas”, indicó el informe.
Actualmente, un 27 % del área se encuentra en la etapa de llenado de grano, concentrándose principalmente en el sur del área agrícola, donde las expectativas de rendimiento superan los promedios históricos.
En esta región, las lluvias de este fin de semana largo de Carnaval días podrían agravar los problemas ocasionados, con casos puntuales de vuelco de plantas.
Aunque los productores destacan la buena sanidad del cultivo, la persistencia de condiciones húmedas eleva el riesgo de enfermedades y nuevas pérdidas de stand.
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En cuanto al sorgo granífero, la cosecha ha comenzado de manera incipiente sobre los planteos tempranos en el NEA y el Centro-Norte de Santa Fe, con rendimientos por debajo de las expectativas.
Por otro lado, los lotes sembrados en fechas tardías se encuentran desde mediados de floración en adelante, atravesando condiciones de estrés hídrico.
“En estas zonas, la ocurrencia de lluvias será fundamental para asegurar un buen llenado de los granos. En contraste, las precipitaciones en el centro-sur de Santa Fe y Entre Ríos han tenido un impacto positivo en el cultivo”, señaló el informe.
Sin embargo, la presencia de plagas como el pulgón amarillo y el gusano cogollero siguen siendo un desafío, lo que requiere la implementación de controles adecuados.
En este contexto, la BCBA mantuvo su proyección de producción en 3,3 millones de toneladas.