Un informe del consultor en temática porcina Juan Uccelli analizó cómo el fuerte incremento de las importaciones de carne de cerdo afecta a los precios del mercado interno, tomando como referencia a lo sucedido con la bondiola, un corte que en 2014 se importaba un 2% del total, cuando en la actualidad llega a un 50%
“Hace dos semanas presentamos una foto de una importante cadena de supermercados que mostraba una oferta de bondiola congelada con un descuento importante que pasaba de su valor normal de $8000 a $6000 por kilo. Acompañando la foto, comentamos que para los que consideraban que las importaciones no afectan el mercado local, era un error”, indicó el experto.
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Al respecto, contextualizó que “la bondiola siempre fue utilizada para hacer la salazón cruda homónima, la cual no tenía una salida importante, a pesar de ser un excelente fiambre y no es algo que sucedía en Argentina, sino se repetía en casi todos los países”.
Por lo tanto, aseguró, el corte cárnico era un producto de bajo valor. “Desde la Asociación Argentina Productores de Porcinos empezó una humilde campaña que logró posicionarla en el altar de los argentinos que es la parrilla y su consumo empezó a ser demandado como fresco y mejoró el precio del corte en el armado total de la media res”.
Sobre eso, ejemplificó que durante la Gripe A H1N1 (mal llamada Gripe Porcina) realizaron un estudio de la baja en el consumo de los cortes porcinos, teniendo todos ellos una caída del 20%, salvo la bondiola.
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“Ante un nuevo análisis de lo que sucedía, nos enteramos que la gente consideraba al corte de origen vacuno, porque todo lo que se ponía en una parrilla era vacuno y por eso no había disminuido su consumo”, indicó.
A partir del 2014, otra importante cadena de supermercados empezó a importarla congelada, descongelarla y venderla como fresca. “Esta situación llevó algunos años de lucha en la cual se consiguió que no se perdiera la cadena de congelado y se tuviera que vender como congelada y no fresca”, indicó.
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Sin embargo, afirmó que “esto no se cumple en las carnicerías y hoy se sigue engañando a la gente, con los problemas que eso conlleva”.
Desde 2014, donde la bondiola representó solamente el 2% de la cantidad importada, Uccelli dijo que “llegamos a la actualidad dende el valor supera el 50% de lo que se trae, en su mayoría desde Brasil”.
“Esto último tiene mucha importancia, ya que en dicho país la bondiola, o copa, tiene un valor inferior al pechito y al carre, ya que ellos arman la media res de otra forma y le dan valores muchos mayores a cortes que en nuestro mercado no tienen valor, como la cabeza, las patitas y manitos, el rabo, etc”, explicó.
“Volviendo a la realidad actual y ante la presión de la importación que desde diciembre a febrero inclusive, estará en valores cercados a las 13.000 toneladas en la cual han aparecido una infinidad de importadores, de 6 que había hace un año a más de 40 ahora, y se produjo una sobre oferta de bondiola congelada. De esa manera, el negocio tan simple de la oferta y la demanda tiran para abajo el precio del producto”, describió.
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Asimismo, comentó que, cuando la bondiola baja, genera en los lugares de venta una presión negativa en los valores del resto de los productos. “Entonces nos encontramos que ante un precio parecido la gente prefiere la bondiola al carre, al pechito y fundamentalmente a los cortes de jamón y paleta, los cuales se está tratando de promocionar”.
De esa forma, fundamentó, se empieza una caída que en algún momento sigue su presión a la baja en el resto de la cadena y obviamente termina en el eslabón final que es el productor. “Hay un axioma en el sector que cuando suben los precios, todos ganan, pero cuando bajan, solo algunos pierden”. aseveró.
“El efecto bondiola es mucho más grave de lo que muchos piensan y se tira el trabajo de tantos años, donde la bondiola no solo entró en la parrilla de los argentinos, sino logró desplazar de los carritos de la costanera a el chorizo y la hamburguesa y entró de lleno en muchos lugares de cervecerías y restaurantes”, finalizó Uccelli.