La sequía que golpea a gran parte del país está alcanzando niveles alarmantes. La Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), dependiente de la Secretaría de Agricultura y el ministerio de Economía, advirtió en su último informe semanal que la situación hídrica continúa siendo deficitaria y que los próximos días traerán más calor y escasas lluvias, lo que amenaza con agravar aún más las condiciones climáticas adversas para el sector agrícola.
En zonas clave como el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, hace casi un mes que no se registran precipitaciones significativas, lo que está ocasionando un fuerte deterioro de los cultivos.
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Las tierras, que deberían estar recibiendo agua para asegurar el desarrollo de los cultivos, se están quedando sin reservas hídricas y las perspectivas para la campaña 2024/25 son cada vez más inciertas.
La situación es especialmente crítica para los productores de maíz, que ya reportan pérdidas irreversibles en varios lotes.
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Los mapas de reservas hídricas elaborados por la ORA confirmaron que la escasez de agua está afectando al rendimiento de los cultivos y poniendo en riesgo las expectativas de una cosecha que, en este contexto, parece cada vez más lejana.
La falta de agua y el impacto en los cultivos
Con el pronóstico de más días calurosos y pocas lluvias, el panorama para los productores se vuelve más sombrío.
La falta de agua no solo repercute en el maíz, sino que también genera incertidumbre en otras actividades agrícolas fundamentales para la economía del país.
Los agricultores temen que este escenario prolongado de sequía pueda generar daños irreversibles que afecten la producción durante todo el ciclo 2024/25.
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El informe semanal del ORA reflejó un agravamiento de la sequía en diversas zonas productivas del país, con más áreas ingresando bajo condiciones deficitarias de agua.
En las últimas dos semanas, el contenido de agua en el suelo experimentó un retroceso generalizado debido a la escasez de lluvias, lo que afectó a las principales regiones agrícolas.
Entre Ríos, por ejemplo, aumentó sus áreas con reservas hídricas deficitarias, y en la zona núcleo, los suelos que la semana pasada tenían reservas regulares ahora enfrentan un almacenamiento deficiente.
El déficit hídrico está afectando especialmente los lotes de maíz
La situación se complica aún más debido a la combinación de fenómenos climáticos que agravan la sequía.
Según el informe del Centro de Predicción Climática/NCEP/NWS (CPC), las condiciones de La Niña se manifestaron en diciembre con temperaturas del mar por debajo del promedio en el Pacífico ecuatorial, y se espera que persistan hasta el otoño.
Sin embargo, más allá de esta amenaza, la ORA apuntó a un anticiclón sobre el Atlántico Sur como un factor crucial.
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Este anticiclón genera una circulación de aire cálido desde el norte y noreste, lo que aumenta la evapotranspiración en la zona de cultivos extensivos. Y provoca un aumento de las temperaturas, especialmente en el noreste argentino (NEA) y las provincias pampeanas.
A pesar de que se esperan lluvias de variada intensidad en algunas regiones del país, la ORA señaló que las precipitaciones seguirán siendo insuficientes para paliar la sequía.
En el NOA y Cuyo se prevén lluvias locales intensas, así como en la provincia de Buenos Aires y la cordillera patagónica sur, pero la mayoría de las áreas afectadas por la sequía recibirán menos lluvia de lo necesario para revertir la situación.
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Santiago del Estero, Chaco y el Litoral son algunas de las zonas que experimentarán precipitaciones por debajo de lo normal, lo que complicará aún más la situación para los productores que ya enfrentan un panorama crítico.
Las provincias pampeanas serán las más afectadas en los próximos días, donde se espera que los suelos continúen perdiendo humedad debido al predominio de temperaturas altas.
Las previsiones indican que el déficit hídrico persistirá, con algunas pequeñas recargas de agua posibles en áreas específicas de Buenos Aires, pero de manera insuficiente para contrarrestar la sequía generalizada.