Un nuevo informe sobre la “chicharrita” reflejó que esta plaga que afecta al maíz brilla por su ausencia en las principales regiones, aunque creció en otras.
De hecho, en el 97% del área más sembrada no se detectó la plaga, pero hubo un aumento en focos endémicos puntuales del noreste (NEA)
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El 10° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, la “chicharrita” del maíz, que transmite la enfermedad del achaparramiento que arrasó los cultivos la campaña pasada, señaló que el insecto está ausente en el 97% de la región Centro Norte y en el 99% del Centro Sur de Argentina.
No obstante, la red, que evaluó 425 localidades del país entre el 7 y el 21 de diciembre de 2024, encontró que en el NEA y en el Litoral hubo un aumento de individuos en localidades endémicas puntuales de Formosa, Chaco y Corrientes. De todas maneras, estuvieron en el nivel más bajo, de 1 a 4 insectos por trampa.
“La presencia siguió siendo nula o muy baja en las zonas donde más se cultiva, como el este de Santiago y Entre Ríos”, precisó el informe.
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Mientras que en el NOA, que fue severamente afectado en el ciclo anterior, la plaga no creció ni decreció.
A un mes de la finalizacion de la ventana de siembra del maíz tardío, estas son, sin dudas, muy buenas noticias.
De todas formas, los técnicos siguen recomendando incrementar el monitoreo y mantenerlo de forma constante, especialmente en lotes donde el cereal ya está implantado y se encuentra en el tramo final de su período susceptible, poniendo especial atención en las áreas en donde coexistirán maíces tempranos y tardíos.
En estos últimos, instan a monitorear intensivamente las cabeceras de los lotes, ya que una detección temprana permitirá la implementación oportuna de medidas de manejo. Asimismo, sugieren hacer un manejo integrado de plagas.
La situación en cada región
En el NEA, las poblaciones crecieron unos puntos porcentuales en localidades endémicas donde no se hizo un control temprano de maíces guachos, como Formosa y el noreste de Chaco.
Sin embargo, en el 59% de las localidades de esta región la plaga sigue ausente, incluyendo las zonas más maiceras, como las del este de Santiago del Estero. “Es de suma importancia incrementar e intensificar los monitoreos y, en caso de ser necesario, adoptar medidas para el control de Dalbulus maidis en los maíces con el objeto de minimizar sus incrementos poblacionales”, dijo la Red.
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En el Litoral, las poblaciones siguieron siendo nulas en el 75% de la región, incluyendo Entre Ríos, de mayor producción maicera, pero crecieron en focos concentrados en Corrientes. “Por la presencia de maíces tempranos y tardíos, en esta región es prioritario el monitoreo riguroso de los cultivos de maíz ya establecidos, a fin de mitigar el impacto de este vector y reducir fuentes potenciales de infestación para los maíces tardíos que están atravesando fases iniciales de su desarrollo”, indicó el informe.
En cuanto al NOA, también una región endémica que estuvo severamente afectada la campaña pasada, la chicharrita no ha crecido o ha retrocedido desde el informe anterior de la Red, y el 59% de las localidades no tuvieron presencia de insectos. No obstante, dado que en esta época del año los factores favorecen el desarrollo de Dalbulus maidis, también aquí se recomienda incrementar e intensificar los monitoreos, sobre todo en las áreas ya sembradas y adoptar medidas de control de ser necesario.