Después de tres años de negociaciones y con el objetivo de resolver una deuda de U$S 1290 millones, la empresa Molinos Cañuelas alcanzó un acuerdo con sus acreedores.
La firma, que se encuentra en Concurso Preventivo desde fines de 2021, consiguió el respaldo del 89,07% de los titulares de la deuda, quienes aceptaron la propuesta presentada.
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El plan incluye tres modalidades de pago: al contado, en corto plazo y en largo plazo, con un cronograma de cancelación que promedia los 14 años y no incluye ni quita del capital adeudado ni período de gracia.
“Habiendo presentado las mayorías dentro del período de exclusividad, se aguarda que la homologación judicial se formalice próximamente”, informaron desde Molinos Cañuelas.
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La oferta fue presentada en marzo de este año ante los tribunales de Río Cuarto y estuvo asesorada por la consultora First Capital Group.
El concurso involucró a más de 650 acreedores, reflejando la magnitud del compromiso financiero asumido por la compañía.
Con 20 plantas industriales en Argentina y la región, 3500 empleados directos y marcas de gran penetración en el mercado de consumo masivo como Cañuelas, Pureza, 9 de Oro, Paseo y San Agustín, la empresa busca recuperarse financieramente y asegurar su continuidad operativa en el mercado.
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Tras la presentación del plan de pagos, desde la empresa aseguraron que “este acuerdo refuerza el compromiso de Molino Cañuelas con sus empleados, clientes, proveedores, acreedores y organismos gubernamentales, como también con todos aquellos consumidores que han mantenido inalterada la confianza en sus productos”.
Por último, la compañía extendió “un sincero agradecimiento a los acreedores por el apoyo brindado durante este proceso”, y destacó el trabajo realizado por “los equipos técnicos, asesores y accionistas que activamente participaron en su logro”.
El impacto del contexto económico
La crisis de Molinos Cañuelas comenzó en 2021 cuando la empresa decidió ingresar en Concurso Preventivo de Acreedores tras enfrentar una deuda que ascendía a U$S 1290 millones.
El escenario estuvo marcado por una fuerte retracción del mercado interno, los efectos de la pandemia en el consumo y dificultades para acceder a financiamiento en un contexto de alta volatilidad económica en Argentina.
La compañía, que para entonces se posicionaba como una de las principales productoras de alimentos en el país, buscó proteger su estructura productiva y laboral a través de este proceso legal.
En ese marco, Molinos Cañuelas inició una serie de negociaciones con los acreedores, buscando evitar el quiebre y asegurar la continuidad de sus operaciones.
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Entre sus acreedores más destacados se encuentran bancos como Banco Galicia, Banco Nación, HSBC, Santander Río, Banco Provincia de Buenos Aires y BBVA Banco Francés.
A nivel internacional, la compañía también mantiene compromisos con la Corporación Financiera Internacional (CFI) y el Banco Mundial, entidades que apoyaron la expansión de la firma mediante financiamientos en su proceso de crecimiento.
La empresa, consideró que el acuerdo alcanzado ahora representa un punto de inflexión para retomar su normal funcionamiento en un mercado altamente competitivo.
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Fundada en 1935, la empresa tiene presencia tanto en el mercado nacional como internacional, operando en sectores clave de la producción alimentaria, como la molienda de trigo, la producción de harinas, aceites y productos de panificación, entre otros.
La compañía también está presente en la industria de la yerba mate y tiene actividades relacionadas con la producción de alimentos balanceados para animales.
