Una feroz tormenta con granizo e intensos vientos azotó al Valle de Lerma, en Salta, dejando un saldo desolador para los productores tabacaleros.
Alberto Berruezo, uno de los afectados, le contó a TN el impacto: “El granizo dejó las plantas como un colador”.
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Sergio Parra, otro productor de la zona, relató: “En cinco minutos, el viento y el granizo se llevaron mi cosecha y mis ganas de seguir apostando”. Contó que invirtió US$8000 por hectárea.
Aunque Parra cuenta con seguro contra granizo, apenas cubrirá los gastos básicos, dejando al productor en una situación crítica.
Fuertes ráfagas de viento se sumaron al granizo
Además de las pérdidas en los cultivos, el temporal dañó seriamente la infraestructura rural. “El viento me destruyó un galpón, las chapas y los tirantes de hierro quedaron esparcidos y retorcidos”, señaló Berruezo.
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Explicó que las lluvias anticipadas aceleraron la campaña tabacalera, obligando a los productores a cosechar antes de lo previsto.
Sin embargo, las condiciones climáticas extremas se cobraron un alto precio. Solo en noviembre cayeron 180 milímetros de lluvia, con un pico de 55 mm en un día.
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El violento temporal afectó más de 2000 hectáreas de tabaco en Cerrillos y Rosario de Lerma, Salta, señaló el productor. “Esto afecta a todos, desde el productor grande al pequeño, incluso a los trabajadores del campo”, lamentó.
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La tormenta impactó con mayor intensidad en la región, ubicada en la ruta provincial 49, conocida por su actividad tabacalera, hortícola y ganadera. “La producción tabacalera es una apuesta riesgosa, casi como timbear la plata”, finalizó Berruezo.
El costo emocional y económico de los productores
Parra, afirmó: “Me cansé de sufrir en medio de la nada”.
El temporal también afectó los sistemas de energía eléctrica y dejó caminos intransitables. “No hay luz hace 18 horas en algunas zonas rurales. No hay señal por momentos, no hay nada. Es tierra de nadie”, contó.
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El corte de energía eléctrica afectó el proceso de deshidratación del tabaco en las estufas, causando pérdidas irreparables en la calidad del producto, señaló.
De siete estufas, Parra prevé perder completamente dos.
Además de los daños en el cultivo, los caminos intransitables y la falta de mantenimiento de las rutas provinciales y municipales profundizan la crisis.
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Las lluvias y el granizo no solo destrozaron cultivos, sino que también dejaron a los productores sin recursos ni respuestas ante las demandas de sus trabajadores.
Resiliencia en medio del desastre
Pese al panorama desolador, Parra aseguró que no tiene otra opción que seguir adelante: “Hay que esperar la evaluación del seguro y salir a cosechar lo que quedó. Automáticamente, hay que hacer otro cultivo atrás”.
Si bien los fenómenos climáticos adversos no son nuevos en la región, este temporal fue catalogado como uno de los más devastadores, con características similares a un tornado.
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“No me llamó nadie del Gobierno, porque no les importa. El tuit se hizo tan viral que los de Milei le pegan a los K y los K a Milei, y a mí eso no me sirve de nada. A mí nadie me llamó para ver cómo seguimos. Esto lleva años así, no hay luz, ni internet… estamos a 15 kilómetros de Salta capital”, concluyó.