Mientras muchos creadores digitales siguen apostando a los contenidos ´aesthetic´ en las redes o a compartir solo la parte positiva de lo que les pasa en el día a día, un productor agrario de Chacabuco rompe el esquema habitual.
Se trata de Germán Pinteño, un técnico agrónomo de 34 años, que muestra “el lado B” del agro argentino. En su cuenta de Instagram, donde construyó una comunidad de más de 20.000 seguidores, publica desde las roturas de las maquinarias que afectan la planificación de las tareas, como las vicisitudes climáticas que pueden destruir los rindes esperados.
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En 2018, cuando marcó un récord de rendimiento de trigo en su zona, solo subió “un par de fotos a las redes”, y después de la pandemia cuando los agroinfluencers tuvieron mayor protagonismo en el mundo digital, Pinteño empezó a producir videos.
“El productor invierte todo el año, cobra dos veces y a destiempo”
“Viendo a otros como la Joya Agro y Brian, me fui animando. Además nos ayudamos entre todos los chicos que hacen contenido. Y eso te da más seguridad para publicar”, explicó en diálogo con TN.
Esas amistades gestadas a través de la pantalla y un cambio de perspectiva sobre su trabajo lo hicieron convertirse en un referente. “Antes se me rompía algo y renegaba, ahora lo aprovecho como una oportunidad para mostrar lo complicado que es el campo, todas las dificultades logísticas que tenemos que superar, y las roturas de maquinarias que sufrimos para poder hacer lo que necesitamos que la gente por ahí ni sabe”, indicó.
“El productor invierte todo el año, cobra dos veces y con eso se tiene que manejar; el servicio a terceros no tiene una gran rentabilidad. Los costos están en dólares y a nosotros nos llegan pesos y a destiempo. Esa es nuestra realidad. Cuando critican ya no me molesta tanto, porque lo uso para mostrar por qué están equivocados, y que el campo está formado por familias de trabajo”, detalló.
“Cambié salidas al boliche, por ayudarlo a mi papá”
Con la sencillez que lo caracteriza, Germán asegura que “todo es cuestión de encontrarle la vuelta”. Pero lo cierto es que desde muy joven su vida estuvo marcada por el esfuerzo, las ausencias y la entrega total al campo.
“Cambié salidas al boliche con mis amigos, por ayudarlo a mi papá. No me iba de joda a los 15 años por ir a aprender con él. A mis 18, él fallece y ahí seguí solo, y sigo haciendo todo: desde el barbecho hasta la cosecha”, contó.
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Destacó que ser “observador y tener como referente a los chacareros grandes, con experiencia, te ayuda a crecer y a mejorar”, y reconoció que no esperaba que su trabajo tuviera “tanto alcance”. “Estoy sorprendido, yo soy un laburante, y llegar a que me entrevisten es impensado. Yo ya disfruto viendo crecer a mis plantas, y que mi hija se sienta contenta por lo que hago”, expresó.
Además de mostrar cómo se trabaja, el técnico agrónomo espera incentivar a que “haya más gente viviendo en el campo”. “El campo es mi todo, mi pasión y los 365 días del año hay cosas para hacer. Hay que ser perseverante, pero si les gusta el campo que se animen y se vengan”, cerró.