La empresa “La Lácteo”, ubicada en la provincia de Córdoba, parece estar al borde del precipicio. Con más de “dos meses de sueldos impagos y deudas que asfixian sus operaciones”, según señalaron los trabajadores, la compañía lucha por mantenerse a flote mientras el conflicto laboral se agudiza día a día.
Todo comenzó a principios de enero, cuando la promesa incumplida de abonar los sueldos de diciembre a 129 empleados desencadenó una serie de problemas que llevaron al borde del colapso. Los inconvenientes con los pagos a proveedores impactaron directamente en la provisión de materia prima, disminuyendo drásticamente la producción y dificultando la comercialización de sus productos.
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Si bien desde la dirección de La Lácteo se intentó minimizar la gravedad de la situación, argumentando que se trata de “conflictos normales” en el ámbito empresarial, los trabajadores pintan un panorama mucho más sombrío. Con salarios atrasados y la mayoría sin acceso a servicios de salud debido al corte por falta de pago, la situación escaló en la planta de Ferreyra.
El viernes pasado, la protesta de los empleados alcanzó su punto álgido con una olla popular frente a la fábrica, un día después de que la empresa incumpliera un acuerdo de pago.
La situación financiera de La Lácteo es crítica desde hace años
En este escenario, con la empresa en concurso desde 2018 y una deuda millonaria que supera los $1832 millones, según el Banco Central de la República Argentina y 2083 cheques rechazados por falta de fondos, la esperanza de una pronta solución parece estar lejos.
Asimismo, en medio de la crisis financiera que atraviesa la empresa láctea, los empleados comenzaron a recibir pagos fragmentados correspondientes a los meses adeudados. Algunos reportan transferencias de hasta $30.000, lo que representa menos de un tercio de su salario total, mientras que otros aún no recibieron ningún pago. Los empleados fuera de convenio afirman estar al día, pero la mayoría aún espera el pago de la mitad del salario de enero, todo febrero y un premio acordado.
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En tanto, Martín Filippi, director de la empresa, declaró a medios cordobeses que la actividad en ambas plantas es normal, a pesar de los retrasos en los pagos y las dificultades financieras. Filippi criticó al gremio, acusándolo de mantener a las personas “esclavizadas de la información” y de generar confrontación entre empleados y empleadores. Sin embargo, los trabajadores sostienen que la situación es crítica debido a los retrasos en los pagos a productores y proveedores.
En este contexto, los empleados de las plantas de Ferreyra y Villa del Rosario señalaron que los retrasos en los pagos a los productores de leche, que superan los $3.000 millones, están afectando la entrega de materia prima. En Villa del Rosario, la producción se redujo a quesos untables y dulce de leche, mientras que en Ferreyra, la falta de insumos, incluidos los envases de cartón, llevó a la suspensión de la producción de leche larga vida.
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En ese sentido, después de intensas negociaciones y presiones por parte de los trabajadores, estos decidieron regresar a sus puestos en la planta con la esperanza de cobrar los salarios adeudados. Con deudas abultadas y un panorama financiero desolador, La Lácteo enfrenta “un futuro incierto sin acceso a financiamiento”. A pesar de las gestiones iniciadas por la empresa y las posibles ofertas de ayuda financiera, los empleados temen que “la quiebra sea inminente y que esto desencadene un proceso aún más complicado para la empresa y para ellos mismos”.