Las recientes lluvias generaron un cambio en la situación agrícola, especialmente en el sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y sur de Córdoba. Pero se registran disminuciones en los rendimientos de la soja, que oscilan entre el 20% y el 30% en algunos casos, e incluso alcanzando el 50% o pérdidas totales en determinados lotes. Este escenario contrasta de manera llamativa con las proyecciones realizadas hasta mediados del mes de enero.
En ese sentido, TN llevó a cabo consultas con productores agropecuarios e ingenieros agrónomos durante un recorrido por los campos de la zona núcleo. “En el distrito de Carlos Tejedor (provincia de Buenos Aires) llovió entre el 8 y 9 de febrero pasado de forma dispar, entre 50 y 105 mm, este lunes 17 mm”, relató Dante Garciandia, productor agropecuario e ingeniero agrónomo.
Leé también: Nuevas lluvias de hasta 100 milímetros aliviaron a los cultivos en la zona núcleo agrícola
Asimismo, Garciandia expuso la cruda realidad: “Llegó tarde. Más vale tarde que nunca. Pero no soluciona las pérdidas ocasionadas a la gruesa por las altas temperaturas de fin de enero (y nada de lluvia), con cultivos (maíz y soja) en etapa crítica, floración y llenado de granos”.
A medida que la situación se desarrolla, se evidencian pérdidas considerables. “Solo el girasol (llenado de granos) está en buenas condiciones, lo demás deja en el camino buena parte del rinde. Estimo pérdidas del 50%. Varios productores adelantaron el picado de los maíces porque se estaban secando por completo (falta de lluvias y altas temperaturas)”, continuó.
Leé también: Las lluvias torrenciales llegaron al campo: en zonas rurales de Córdoba superaron los 200 milímetros
En tanto, la gravedad de la situación se manifiesta en pérdidas totales para algunos productores: “Muchos tendrán pérdidas del 100% de sus lotes (maíz y soja) por el mismo motivo. Para muchos productores serán 2 años seguidos sin cosecha (ni fina ni gruesa, muy difícil es la situación)”.
“Esta lluvia viene a completar lagunas secas y a mejorar la calidad del agua de napa para consumo animal tan afectada por la zona. Pero al menos nos mejora el ánimo en el campo, y repensar cómo seguir”, concluyó Garciandia ante la consulta de TN.
Disparidad en el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe
En la región de Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires, Román Gutiérrez, productor agropecuario, compartió su perspectiva: “Entre la semana pasada y este lunes a la madrugada llovió 60 mm”.
Evaluando los efectos en sus cultivos, expresó: “El maíz de primera experimentó una reducción del 20 al 30% en el rendimiento. El maíz de segunda estaba en floración, así que debemos esperar para evaluar su recuperación. La soja de primera muestra buenas condiciones y se espera una recuperación. En cambio, la soja de segunda ha perdido plantas y sufre daños significativos, aunque si las lluvias continúan, podríamos ver alguna mejora”.
Leé también:Por el calor, calculan pérdidas de entre 10 y 30 por ciento en los rendimientos de soja de primera
En los campos de Bigand, provincia de Santa Fe, José María Piccioni, productor agropecuario, compartió sus observaciones tras las precipitaciones recientes y su impacto en los cultivos: “Después de una revisión exhaustiva y recorrida tras las lluvias de 30 a 50 mm en el sur de Santa Fe, la soja y el maíz de primera se presentan estables”.
Sin embargo, Piccioni explicó que “los cultivos de segunda, tanto maíz como soja, son los más perjudicados, registrando pérdidas de hasta un 40%. Podríamos decir que se abrió el paracaídas; estábamos en caída libre y ahora es atenuada por estas oportunas lluvias. Esperemos que siga lloviendo, porque en 20 días se define todo”.
Las lluvias impactaron distinto en cada campo de Córdoba
Desde la provincia de Córdoba, específicamente en Hernando, departamento Tercero Arriba, Fernando Bazán, productor agropecuario, ofreció un análisis detallado de la región: “Llovieron 50 mm en las últimas 24 horas y tenemos acumulados en febrero 115 mm. Si tomamos la realidad de Hernando, va a haber recortes, principalmente en maíz de primera, que no va a superar los 60 quintales. Empezamos a ver recortes en la soja de segunda, hay lotes que no van a dar más de 7 quintales. La expectativa está puesta en el maíz de segunda, que, con todas las ganas y manteniendo el ritmo de lluvia, puede alcanzar los 80 u 85 quintales. En la soja, manteniendo el ritmo, llegaría a los 30 quintales.”
Continuando con su evaluación, Bazán señaló: “Ahora, si me voy para la zona de General Cabrera o Deheza, ahí es otra realidad. Puede haber una soja de 45 a 50 quintales, un maíz temprano de 90 quintales y maíz tardío que puede andar en un promedio de 100 quintales”.
Leé también: Lluvias: la naturaleza apacigua el incendio político-económico
En la zona norte, en dirección a Villa María, se observa una situación preocupante, según Bazán: “En esa zona hay lotes que se han perdido y otros que tendremos que ver cómo se acomodan después de esta lluvia. En el caso del maíz tardío, estimamos rendimientos de 30 a 35 quintales, y en la soja, podríamos llegar a los 10 quintales”.
En la recorrida hacia Río Tercero, Bazán informó sobre los desafíos que enfrenta la región: “En esa zona, hubo daño por piedra, y se hizo una considerable resiembra. Actualmente, los cultivos están en mejor estado debido a las lluvias de enero, pero la incertidumbre radica en cómo afectarán las heladas, ya que tanto el maíz como la soja quedarán expuestos”.
Leé también: El cultivo con beneficios nutricionales y ambientales pero que no despega como oportunidad productiva
Finalmente, en relación al cultivo de maní Bazán concluyó: “Tenemos un promedio en la zona de 40 quintales. No es malo ni bueno; es lo que hay. Será un maní promedio que cubrirá los costos y dejará algo en el bolsillo, pero no alcanzará niveles récord”.