El 18 de octubre de 2022 Felipe Bazán nació prematuro en Coronel Suárez. Su mamá Pamela Vera lo pudo conocer tres días después, y el primer mes de vida fue muy difícil. Estuvo internado hasta mediados de noviembre y en ese tiempo, tanto ella como Emiliano, el papá, solo podían mirarlo durante tres horas. Ni mimarlo, ni contenerlo, ni decirle que estaban ahí, al lado de él, para que pueda salir adelante.
El estado de salud de Felipe mantuvo en vilo a la ciudad y a los pueblos de la zona. En las redes sociales, hubo cadenas de oración para que se recupere y para que sus jóvenes padres, que hoy tienen 21 años, atraviesen el momento de la mejor manera posible. Por eso, no es casual que diez meses después, Felipe sea el “mini agroinfluencer” que enternece a todos con sus fotos en Instagram.
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“Él es muy simpático y las imágenes que subo a mi cuenta son casuales. Cuando estaba internado su caso se viralizó, y ahora que creció la gente se emociona cuando lo ve en los festivales o en las jineteadas a donde vamos todos los fines de semana”, contó Pamela en diálogo con TN.
“Tener que dejar a tu hijo solo, con desconocidos, y tener la posibilidad de verlo solo un ratito en todo el día es muy difícil, fue supercomplicado para nosotros”, recordó sobre ese momento que vivieron como familia.
Los looks de gaucho de Felipe se deben a que viven en el campo, cerca de la localidad bonaerense de Daireaux, pero también al emprendimiento de su mamá. “Además de cuidarlo y ocuparme del hogar, vendo bombachitas de bebé, y a la gente le encanta cuando subo fotos de él. Incluso cuando nos ven en los festivales o en las jineteadas, lo reconocen y le regalan ositos o ropita”, relató.
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Pamela y Emiliano disfrutan mucho de ver a Felipe con los animales en el campo, y es tal el vínculo que estableció con ellos que el bebé suele dormirse mientras anda a caballo. “Lo cargo conmigo, y lo llevo para todos lados. A nosotros nos gusta que ande, y prefiero eso a ponerlo frente a la tele. Si siento que está con energía para hacer cosas, lo llevo a que mire los pájaros”, detalló.
Ella destaca que el apoyo del entorno fue fundamental. Su pareja trabaja en la inseminación artificial de embriones para caballos de polo y aseguró que “no es fácil todo lo que se hace en el campo”. Y dijo “es un trabajo muy duro y se gana poco, pero hay que apostar al sector porque es el que va a sacar al país adelante”.
