En medio del paisaje rural que se extiende entre Ramallo y San Nicolás se encuentra el tambo de las hermanas Tolini, un proyecto familiar que ha trascendido generaciones. Yanina y Belén han asumido el desafío de llevar adelante este legado, que comenzó hace más de 40 años con sus abuelos ordeñando a mano y entregando leche puerta a puerta en el norte de la provincia de Buenos Aires.
La jornada en el tambo comienza temprano, a las 4 de la mañana, cuando se levantan para iniciar los procesos de producción junto a su equipo. Desde quesos y yogures hasta leche fresca, cada producto es elaborado con dedicación y esmero. Aunque sus productos se venden principalmente en el gran Rosario y en el norte de la provincia de Buenos Aires, su alcance va más allá de las fronteras regionales.
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A través de sacrificios y desafíos, han logrado posicionarse en mercados regionales y transmitir una conciencia sobre la importancia de alimentos libres de aditivos.
“El tambo es un proyecto familiar que llevamos adelante mi hermana Belén y yo. Hemos aprendido de nuestros errores y aciertos, transmitiendo nuestra pasión a las nuevas generaciones”, contó Yanina Tolini a TN.
“Valoramos la tradición que se remonta a nuestros abuelos, quienes ordeñaban a mano y llevaban la leche casa por casa”, destacó.
“Decidimos apostar por la producción de quesos a partir de la leche que antes se desperdiciaba. Fue un desafío complejo, pero estamos orgullosas del resultado”, dijo.
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“Enfocamos nuestra producción en mercados que valoran lo orgánico y el pastoreo, evitando contaminantes y brindando alimentos libres de conservantes”, sostuvo y agregó que, “aunque hemos recibido propuestas para exportar, por el momento nos enfocamos en fortalecer nuestro mercado regional y apreciar nuestros logros hasta ahora”.
Las hermanas Tolini administran el tambo familiar con dedicación y pasión
La historia del Tambo Santa Belén no ha estado exenta de obstáculos. Durante la crisis del agro en 2008 se vieron obligadas a desechar la producción de leche debido a las restricciones en el transporte. Sin embargo, esta situación no las detuvo. Con determinación, buscaron alternativas y decidieron aprovechar la leche desperdiciada para la producción de quesos. Yanina afirmó que, fue un desafío complejo, que requirió cambios en la perspectiva del negocio y la búsqueda de nuevos mercados.
A pesar de los obstáculos, las hermanas no se rindieron. Buscaron financiamiento de forma genuina, contando con el apoyo de personas que creyeron en su proyecto y les brindaron su respaldo. Sin embargo, también se encontraron con la falta de políticas estatales que les brindaran apoyo financiero. A pesar de ello, han logrado mantenerse y seguir creciendo gracias a su esfuerzo y perseverancia.
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El Tambo Santa Belén se ha convertido en un referente en la producción láctea orgánica en la región. Su enfoque en la alimentación pastoril de las vacas y la producción libre de aditivos ha generado una respuesta positiva por parte de los consumidores que valoran la calidad y la conciencia ambiental en los alimentos que consumen. Aunque han recibido propuestas para exportar, por el momento se centran en fortalecer su mercado regional y apreciar los logros alcanzados hasta ahora.
La historia de Yanina y Belén Tolini es una entre las historias de vida productivas que con esfuerzo y pasión pueden convertirse en un emprendimiento exitoso. Su dedicación a la lechería no solo ha dejado una huella en el ámbito local, sino que también ha transmitido un mensaje sobre la importancia de una producción láctea sostenible.