Mariana Martínez tiene 50 años, es productora agropecuaria y contadora pública. Siempre trabajó con “hombres respetuosos”, pero acompañando a su papá a las reuniones de la Rural de Nogoyá, Entre Ríos, vio que “no era tan natural para todas” lograr crecer y progresar en un sector mayoritariamente masculino.
En diálogo con TN reconoció que ella “era de las ariscas”, de las que no comprendía por qué era necesario que “las mujeres trabajen con otras mujeres”. Tener la posibilidad de involucrarse en espacios de debate le cambió la perspectiva.
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“En mi familia nunca nos hicieron sentir menos a las mujeres y eso me hizo creer que en todos lados sucedía lo mismo. Lo cierto es que aún tenemos que dar más para tener lo mismo, y siempre tenemos que pagar más caro el precio de las cosas”, analizó la contadora.
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“Entendí que era preciso hacer algo”, afirmó y se convirtió en la ideóloga del espacio de las mujeres de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas). “Soy una convencida de que si las cosas no te gustan, hay que intentar cambiarlas. Las mujeres necesitamos estar juntas para ser escuchadas, valoradas y respetadas”, aseguró.
Entre otras cuestiones, la productora agropecuaria percibió que en las sociedades rurales por ejemplo, “no hay juegos para dejar a los chicos mientras una está en una reunión”. “Mi hija se la pasaba aburrida, bajando y subiendo las gradas, buscando con qué entretenerse cuando yo tenía que participar de algún encuentro”, recordó.
Mariana no solo notó diferencias laborales en el agro, sino también entre sus colegas contadoras. “La mayoría eran empleadas en algún estudio contable, no montaban el suyo propio. Yo lo fui logrando con naturalidad, con mucho esfuerzo y trabajo, pero naturalmente”, le dijo a TN.
A pesar de su cambio de perspectiva respecto del trabajo femenino en conjunto, la productora agropecuaria es autocrítica. “Nosotras tampoco hacemos bien los deberes porque en definitiva, somos nosotras las que criamos al hombre machista. Hay cosas que aún seguimos reproduciendo, sin darnos cuenta, inconscientemente”, reflexionó.
Para Martínez es crucial que la sociedad comprenda la diferencia entre “un hombre machista y un monstruo”. “Son los monstruos los que violan, matan, someten... y están los otros, a los que aún les cuesta un poco más ver progresar a una mujer, y preferirían que caminemos dos pasitos más atrás de ellos”, explicó.
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En diálogo con TN, la contadora consideró que involucrarse en estos espacios del agro es clave para mejorar la realidad personal y del sector. “Descubrí un universo donde sentirme útil como ciudadana, y creo que el país está tan enterrado que sino cinchamos para el mismo lado, no vamos a salir adelante, es una cuestión de moral”, reflexionó.