El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) difundió un relevamiento de los focos ígneos en la provincia de Corrientes. Durante enero se quemaron 27.882 hectáreas en la provincia, una de las más afectadas por incendios forestales durante los últimos tres años. Tal como lo informó TN, en los Esteros del Iberá hay unas 4000 hectáreas afectadas.
Según el relevamiento, hay en la actualidad 641 focos en toda la provincia, aunque los últimos detectados se registraron en Concepción, San Luis del Palmar, Palmar Grande, Mburucuyá, San Miguel, Villa Olivari, Santa Rosa, Tatacuá, Santo Tomé, Alvear, La Cruz y Sauce.
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Especialistas consultados por TN advirtieron que la zona más afectada es la del Portal Carambola: “Estamos en una sequía extrema, el fuego no se puede contener y avanza cada vez más con el paso de los días. La demanda de agua es enorme, el viento hace que las llamas se expandan y las altas temperaturas continuarán en los próximos días”, explicó Luis Martínez activista ambiental en Corrientes.
Los incendios que se repiten en la provincia
En total, el fuego arrasó con 27.882 hectáreas durante el mes de enero, una cifra que seguirá en aumento según los especialistas, en medio de una marcada sequía y las altas temperaturas que favorecen la propagación de las llamas.
Gran parte de los focos de incendio se registraron en zona de humedales que están secos, como Concepción, Sauce y Mercedes, en el sector de los esteros.
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En tanto, las autoridades consideran que es difícil que se revierta la situación a corto plazo, debido al déficit hídrico que padece la provincia desde hace unos tres años.
El pronóstico meteorológico no es muy alentador, ya que para esta semana se esperan máximas de 40 grados en promedio, algo normal en Corrientes para esta época del año.
Las zonas más afectadas
En rigor, únicamente en la zona de Carambola trabajan unos 30 brigadistas y guardaparques nacionales y provinciales. Pero solo una intensa lluvia podría sofocar las llamas y llevar tranquilidad a los animales, que ya escapan en busca de agua y vegetación.
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“La dimensión de los incendios no es la misma que la del año pasado. La sequía y las condiciones climáticas sí son las mismas, y eso impacta negativamente en la estrategia para combatir los incendios. Es muy complejo lograr que se apague un estero que no tiene agua y escasea el combustible”, aseguró la bióloga de Administración de Parques Nacionales, Mariana Raño.
“Respecto a mejores equipos, sí los hay. El Parque Nacional cuenta con drones para detectar focos a tiempo y prevenir incendios más grandes. También se están llevando a cabo, en este momento, capacitaciones a brigadistas”, concluyó la especialista.