La ola de calor está teniendo impactos múltiples. En el campo, además de las consecuencias que trae sobre la agricultura, también podría generar faltante de hacienda, según señalaron desde el mercado ganadero de Rosario, Rosgan.
“La seca que ya azota a vastas zonas productoras del país, sumada a las altas marcas térmicas que se han estado registrando, y que nuevamente están en los pronósticos para los próximos días, es la variable que podría terminar de agudizar la actual escasez de hacienda: condicionaría la recuperación de la oferta hacia el mediano y largo plazo”, describió el informe semanal.
Así, resaltaron que en los últimos 15 días del 2021 se evidenció un “cambio drástico” en las condiciones climáticas. “Las lluvias se cortaron abruptamente y las temperaturas comenzaron a trepar hasta superar los 40°C, situación que se sostuvo por varios días de manera ininterrumpida provocando un severo estrés térmico tanto en los cultivos como en el ganado. Esto no solo afectará el escenario en el corto plazo, sino que también condiciona aún más la capacidad de recuperación de oferta ganadera para los ciclos venideros”.
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Destetes anticipados para aliviar a las vacas
En el corto plazo, en algunas zonas, especialmente en el norte del país, ya se están realizando “destetes anticipados” para aliviar a las vacas en lactancia, pero también se está dando “salida a muchos vientres sin posibilidad de subsistencia en un contexto como el actual”.
“Esto no solo redundará en la obtención de terneros más livianos, sino que, de generalizarse, podría determinar una zafra menos concentrada en los meses pico. A su vez, ante los elevados precios que registra el ternero, es esperable que el criador tienda a desprenderse de otras categorías de hacienda, reteniendo la invernada, lo que podría llevar a una zafra aún más aplanada de lo que se vio en los últimos años”, resaltó Rosgan.
El impacto en los animales de consumo
Este escenario tampoco le es ajeno a los animales con mayor demanda en el ámbito doméstico. “También es probable ver una mayor salida de novillitos y vaquillonas destinadas a consumo que, hasta el momento, encontraban en la recría pastoril una alternativa más accesible ante el encarecimiento del grano”.
“Esta seca no solo puede seguir presionando al alza el precio del grano, sino que también, de prolongarse como se prevé hasta finales de marzo, podría terminar agotando anticipadamente la oferta forrajera disponible, así como las reservas programadas para transitar el invierno”, acotó el informe.
Este efecto, de concretarse, recién se vería plasmado en el mediano plazo, siendo la alternativa que con menor urgencia adoptaría el invernador, pero que sin dudas se reflejará en una menor terminación de la hacienda.
“Si bien a nivel zafra de terneros no se espera una situación tan restrictiva como la vista el año pasado, donde se perdieron más de 650 mil animales, tampoco se espera una variación significativa en número de terneros destetados. Lo que sí podría verse afectada es la condición de esos destetes, lo que redundará en un mayor esfuerzo para sostener los ya bajos pesos de faena que se vienen registrando en relación a otras ganaderías vecinas (226 kilos contra 250 a 260 kilos de países como Uruguay o Brasil)”, resaltó el relevamiento.
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El clima condicionará a la oferta durante este año
En persepctiva, según Rosgan, el 2022 no será el año en el que se comience a recuperar nivel de oferta. “Hacia el largo plazo, ya pensando en las zafras de terneros de 2023 e incluso de 2024, es donde vemos una importante restricción en el nivel de oferta”.
Los servicios que aun hoy se están dando en muchas zonas ganaderas, sin dudas “se verán afectados” por este contexto climático. “En los últimos años se está dando un corrimiento de los servicios puesto que, con inviernos más severos y primaveras tardías, la condición corporal de las vacas demanda más tiempo en recuperarse y la curva de servicios naturalmente tiende a prolongarse”.
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Así, las condiciones de extrema sequía y fuerte estrés térmico que se han estado registrando desde mediados de diciembre muy probablemente terminen entregando menores tasas de preñez y, por ende, un menor destete de terneros en 2023. “A su vez, de la severidad de esta seca dependerá también la cantidad de vientres que lleguen al próximo servicio”, señalaron. Muy probablemente, cuando conozcamos los datos de stock ganadero a fines de diciembre de 2021, veamos finalmente estabilizarse o incluso crecer muy levemente el número de vacas”, pronosticaron.
Cómo afectan las restricciones a las exportaciones ante la ola de calor
Asimismo, dado que las categorías D y E (vaca de conserva), es lo único habilitado para la exportación, Rosgan advirtió que ante la necesidad de liberar los campos “es muy probable ver una nueva fase de extracción de vientres que, dependiendo de su intensidad, podría condicionar la capacidad de producción del próximo ciclo”.
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Por otra parte, el informe alertó que la extracción o faena de vacas ha disminuido notablemente durante el último año (unas 300 mil menos en 2020), esto en parte forzada por las restricciones impuestas a la exportación y en parte, por haber concluido ya una fase de depuración de vientres improductivos “que se evidenció muy claramente en la extracción de los últimos dos ciclos, 2019 y 2020″.
Sin embargo, este indicador no representa por sí solo una señal de recuperación del stock, puesto que estos vientres en producción deben lograr sostener o incluso mejorar las tasas de procreo y posterior destete, algo que en el último año solamente alcanzó el 62% y en los últimos 10, apenas logró promediar un 63%.
“Nuevamente, se registran tasas aún muy retrasadas respecto de otras ganaderías desarrolladas. Mejorar esta base, sin dudas permitiría, amortiguar mucho más los efectos adversos a los que nos exponen años como los actuales, en lo que el factor climático juega su gran partido. Este, claramente, debe ser uno de los principales objetivos a lograr en los años venideros”, concluyó el análisis.