La agricultura experimenta un cambio comparable al de la medicina. El ojo clínico del productor y del técnico en la recorrida a campo cuentan con el respaldo de la tecnología. Todos los factores que hacen a la producción agropecuaria se cuantifican desde siempre pero, con las nuevas modalidades de cultivar, son medidos a la distancia, transformados en datos y subidos a una plataforma digital.
“Es una evolución natural de lo que conocemos como agricultura de precisión, o agricultura inteligente. La agricultura 4.0 transforma todos los segmentos de la cadena productiva a través de la digitalización. En esta nueva agricultura, el dato tiene un rol fundamental debido a que permitirá la interoperabilidad entre todos los actores del sistema”, describió la doctora Natalia Iglesias, en un curso de Agricultura de Precisión de INTA Manfredi.
Iglesias trabaja en la Universidad Nacional de Rosario y con el Grupo de Agrobioinformática del CIFASIS (Centro Internacional Franco Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas), un equipo de trabajo que conoce con consistente profundidad esta temática en nuestro país.
La especialista destacó que cada máquina que participa de agricultura en el campo, levanta con sus sensores la información que se guarda de manera directa en los centros de gestión, los cuales devuelven acciones hacia cada máquina, y también pasan información a las industrias relacionadas a la cadena de valor de la agricultura. Ello implica el agregado a las máquinas de una nueva función: recolección y comunicación de datos, conformando el paradigma de maquinaria 4.0 como nueva etapa evolutiva.
// La inteligencia artificial en la maquinaria agrícola
Este nuevo paradigma se nutre de la mecánica, más la oleo hidráulica, la electrónica, el software, los servicios informáticos, las conexiones (trasmisión de datos desde las máquinas a centros de gestión y entre máquinas y de otras disciplinas, como estaciones meteorológicas, mercados de productos, insumos, centros de asesorías agronómicas, etcétera).
Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial
En esta agricultura 4.0 tiene un rol fundamental la Internet de las cosas donde se busca que todo se conecte. Y al decir todo nos referimos tanto a los objetos a través de sensores, actuadores, como también personas, procesos y datos. A su vez todas estas cosas son programables y a su vez generan nuevos datos para luego ser analizados y utilizados para buscar resultados.
Por caso, en la exposición “Consumer Electronics Show” que se realiza en Las Vegas John Deere mostró en la edición 2019 una “Cosechadora Conectada”. Y en la edición 2020, la misma empresa presentó toda una solución en la que, en el contexto de la cuarta revolución industrial, involucra Inteligencia artificial aplicada a equipos agrícolas autónomos para operaciones de barbecho, siembra y cosecha de cultivos, que involucraban sensores de humedad, analizadores de suelo (para dosificación inteligente de abonos, herbicidas y fungicidas).
Otros que pueden trabajar de manera autónoma son los drones en actividades de siembra y monitoreo de cultivos, y también pequeñas estaciones meteorológicas estratégicamente colocadas, para sensar la humedad, temperatura y variables del ambiente para riego inteligente.
Los datos colectados por las máquinas se suben a plataformas sin necesidad de usar elementos de memoria, como discos rígidos o pen drives. Se trata de datos de utilidad agronómica y mecánica.
Asi es posible medir el rinde de cada cosecha con la humedad y la calidad de grano, mapas de cosecha, datos del suelo, fertilidad y fertilizaciones, siembras con diferentes híbridos, ataques de plagas y distintos tratamientos para su control, presencia de malezas, etecétera.
Entre los datos mecánicos están los de funcionamiento de cada equipo, como los parámetros del motor, transmisión, hidráulico de un tractor o cosechadora, entre otros. Así se anticipa la necesidad de cada trabajo de mantenimiento y/o reparación. Una manera consistente de bajar los costos de operación de los equipos.
Multiplicidad de actores
En la misma plataforma están conectados tanto los especialistas en el seguimiento de los equipos como los dedicados al seguimiento de las actividades del campo (lotes, cultivos, rodeos, corrales). También participan especialistas en clima y mercados, entre otras áreas comprometidas en el proceso de producción agropecuaria.
Y toda la información se puede ver y procesar desde la pantalla de la PC, de la tablet y del smartphone, a distancia y on line, es decir de manera contínua en el tiempo.
Los productores ya usan a campo esta tecnología apoyados en el trabajo de distintas empresas. Algunas son firmas dedicadas al desarrollo de plataformas que mejoran el manejo agronómico y otras son fabricantes de maquinaria agrícola que con sus propias plataformas mejoran las prestaciones de sus equipos, permiten la administración de flotas a distancia y bajan sus costos de operación.
“En este escenario es clave contar con una estructura de comunicación estandarizada, y es en este punto donde la norma de comunicación ISOBUS juega un rol fundamental” sostiene la especialista. La norma ISOBUS permite conectar de manera transparente los dispositivos electrónicos y los sistemas informáticos de tractores y máquinas de distintas marcas y trabajos, sin complicaciones ni demoras. Podría decirse que es el acople de 3 puntos del siglo XXI.
En este ambiente inter conectado, el productor sigue sus actividades en tiempo real a través de la conexión de sus equipos a distancia con centros de gerenciamiento (páginas web) y también entre los mismos equipos. En esto juega un rol importante la combinación entre las máquinas agrícolas, la electrónica y la navegación satelital.
Hacia una nueva etapa
Iglesias explica que “al hablar de innovaciones en el agro vamos a un campo totalmente conectado donde los tractores serán dispositivos autónomos, o sea sin conductor, y con esa visión el foco se pone en el desarrollo de tecnologías de sensado y actuadores. Así como también se viene la generación de nuevos procesos, métodos de algoritmo para integrar esa información y así producir tecnología para agricultura de precisión, eficiente precisa y de calidad”. Con el agregado a las máquinas de una nueva función: la de recolección y comunicación de datos.
// Fertilizacion, un paso fundamental para el desarrollo de los cultivos
Hasta hace un tiempo se decía que la agricultura de sitio específico o de precisión ofrecía mayores beneficios en lotes no uniformes, es decir con varios ambientes distintos y próximos entre sí. Pero ello cambió cuando se aplicó la tecnología en la recolección de datos y así mejoró la administración y manejo de los equipos desde los centros de gerenciamiento. Desde allí se manejan datos de diferentes orígenes como: suelo, clima, riego, mercados de productos y de insumos, entre otros. Y todo forma parte de la llamada agricultura 4.0.
Los centros de gerenciamiento –plataformas de servicio o de gestión-- ayudan a generar conocimiento a través del análisis de los datos, proceso que convierte los resultados de este año en datos del próximo año y con ellos se pueden planificar las mejoras de los rindes por venir, la baja de costos, el aumento de la eficiencia y de la rentabilidad.
De esta manera productores, técnicos e investigadores son impulsores del cambio en el que la agricultura es protagonista: se avanza, más allá del mejor uso de insumos, hacia la resolución de escasez de alimentos a través de la agricultura sostenible.