Tener un control regular sobre los neumáticos es algo clave para lograr una mayor eficiencia en el consumo de combustible y mantener la seguridad del vehículo. Por eso, los especialistas aseguran que conviene calibrar la presión de los mismos cada dos semanas para evitar problemas.
Esto se debe a que con el tiempo, la presión de los neumáticos disminuye. Esto hace que aumente la resistencia al rodamiento, al hacer que el motor a trabaje más de lo necesario y consuma más combustible. Además, una presión inadecuada incrementa el desgaste de los neumáticos y afecta la estabilidad del vehículo, especialmente al tomar curvas o cambiar de carril.
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¿Cuándo y cómo calibrar los neumáticos?
La recomendación es clara: verificar y ajustar la presión de las llantas cada dos semanas o, al menos, una vez al mes. Es crucial hacerlo antes de emprender viajes largos o cuando el vehículo está cargado con mucho peso, ya que en esos casos la presión debe ajustarse para soportar el esfuerzo adicional.

Los valores correctos de presión suelen estar indicados en la tapa del depósito de combustible o en el manual del vehículo. Usar estas referencias es fundamental para evitar errores comunes: circular con menos aire del necesario compromete la estabilidad del coche, aumenta el riesgo de pinchazos y genera un desgaste irregular. Por el contrario, inflar de más puede reducir la capacidad de frenado y acelerar el desgaste en la parte central de la banda de rodamiento.
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Beneficios de mantener la presión adecuada en los neumáticos
- Permite detectar a tiempo posibles pérdidas de aire, pinchaduras lentas o deterioros, al evitar accidentes y gastos por reemplazos prematuros.
- Contribuye al ahorro de combustible al reducir la resistencia al rodamiento.
- Mejora el agarre del vehículo al asfalto, al brindar mayor seguridad, sobre todo en curvas y maniobras.
- Reduce la distancia de frenado, lo que disminuye el riesgo de colisiones.
- Absorbe mejor las irregularidades del camino, al hacer más confortable la experiencia de manejo.
- Disminuye la transmisión de vibraciones al interior del vehículo, al mejorar la comodidad para los ocupantes.
- Reduce el desgaste de componentes mecánicos, al evitar esfuerzos innecesarios del sistema de suspensión y dirección.