A la hora de mantener un vehículo, el combustible representa uno de los gastos más importantes. Es por eso que muchos conductores buscan hábitos y estrategias que ayuden a ahorrar nafta, especialmente cuando el auto consume más de lo que debería. En ese sentido, existen diferentes factores que pueden provocar un mayor gasto: desde hábitos de conducción hasta problemas mecánicos específicos.
Hábitos de conducción
Los hábitos de conducción impactan de manera directa en la cantidad de nafta que consume un vehículo. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (México), manejar a altas velocidades elevadas, hacer frenadas bruscas o acelerar innecesariamente incrementa entre un 20% y un 50% el gasto de combustible. Para evitarlo, es fundamental manejar a velocidades constantes todo lo que se pueda y subir de cambio cuando el motor gire entre 2000 y 3000 rpm, excepto en condiciones de sobrepaso.
Además, circular por zonas de mucho tránsito, que implica frenadas y aceleradas reiteradas, como puede pasar en Capital Federal, también incrementa el consumo de nafta hasta un 15% adicional, especialmente cuando se utiliza aire acondicionado.
La presión de los neumáticos
La presión de los neumáticos es otro factor clave. Es que si la cantidad de aire es inadecuada, se genera una mayor resistencia y se obliga al motor a realizar más esfuerzo para mover el vehículo. Esto puede aumentar hasta 5% la nafta que consume el auto.
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El problema se presenta con una presión más baja de lo recomendada, dado que eso hace que la rueda tenga más contacto con el suelo, por lo que el motor hace un mayor trabajo. Sin embargo, una presión demasiada alta también implica problemas: reduce la adherencia y la seguridad, dado que provoca un desgaste irregular y posibles daños a largo plazo en la suspensión.
Manejar en lugares con mucha altitud
Un factor externo que afecta directamente el consumo de combustible es la altitud. En zonas más elevadas, la cantidad de oxígeno disminuye y eso afecta la combustión del motor. Por cada 100 metros de altitud, se estima que el rendimiento del combustible disminuye alrededor de un 1%.
Es que al haber menos oxígeno, la mezcla de aire-combustible comienza a ser menos eficiente, lo que obliga al motor a utilizar más nafta para compensar la pérdida de potencia. Por eso, en regiones montañosas, el consumo de combustible suele ser superior al promedio.
Fallas en el sistema de inyección
Otro factor a tener en cuenta es el sistema de inyección del vehículo, que se encarga de llevar la nafta desde el tanque hasta los cilindros donde se produce la combustión. Cualquier falla, ya sea en los inyectores, las mangueras o los cables, puede provocar un incremento significativo en el gasto de nafta.
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Por ejemplo, inyectores sucios o con fallas pueden provocar que el motor utilice más nafta para compensar la disminución del rendimiento. Por eso, es importante revisar el estado del sistema de inyección, especialmente en vehículos con más de cinco años de antigüedad o mucho kilometraje.
Falta de mantenimiento
Para que el motor funcione de manera correcta, es muy importante hacerle mantenimiento de manera regular y adecuada. Si alguna pieza comienza a fallar, ya sea por suciedad o desgaste, puede afectar directamente el consumo de nafta. Algunos ejemplos son unos filtros obstruidos o las bujías desgastadas, dado que hacen que la combustión no se realice de manera correcta y el motor realice mayor esfuerzo.
