El cuidado del motor del auto es una acción cotidiana que requiere de prestar atención a distintas variables que muchas veces pasan inadvertidas. Una de ellas es, nada menos, que el apagado del vehículo, que necesita de un sencillo pero fundamental protocolo para evitar roturas.
El arranque es el que, posteriormente, permite que haya una mayor eficiencia del combustible, aunque se desgasta periódicamente. La exposición a factores externos, como pueden ser la humedad, el frío, el calor o la suciedad, generan el mismo efecto que el uso y lo estropean, pero una cuestión poco conocida también afecta a su desempeño.
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Para que dure más tiempo, es fundamental aprender a apagarlo de manera correcta: los profesionales indican que no basta con girar la llave y sacarla cuando hayamos frenado definitivamente, sino que es clave seguir una serie de pasos por los componentes internos del dispositivo de propulsión. Sin lugar a dudas, su líquido es el principal protagonista.
El paso a paso para apagar el motor del auto y evitar roturas en el futuro
Ocurre que, en el caso de contar con un auto que tiene una mecánica con turbo, como suele ser en la mayoría de los modelos, el aceite que lo lubrica se queda en el mismo lugar y acaba quemándose por las altas temperaturas. Así, a su vez, el flujo de aire que ayuda a enfriar el sistema se detiene de modo abrupto y se produce un cambio brusco poco aconsejable.
Cuando eso sucede, se terminan creando depósitos pequeños que impedirán el correcto funcionamiento del propulsor. Lo mejor, por supuesto, es aguardar alrededor de un minuto al arribar a destino: la sustancia seguirá fluyendo y no se carbonizará, en un mecanismo conocido como ralentí o moderación.
Tampoco se debe parar el coche repentinamente y apagarlo con el aire acondicionado prendido, algo común durante épocas con climas cálidos como en el verano. La tecnología, pese a ser moderna, no evita que se acumule humedad en los conductos de la ventilación, producto de la clásica condensación, formando bacterias, hongos y moho.

Si bien eso no ocasionará desperfectos de un día para el otro, el vehículo empezará a presentar síntomas preocupantes como un mal olor constante. A largo plazo, el canal podría obstruirse parcial o totalmente. En ese sentido, se recomienda pulsar el botón para desactivarlo y hasta dejar el ventilador encendido, para que el vapor no pase a convertirse en gotitas.
Al mismo tiempo, efectuar mal el procedimiento puede derivar en un deterioro temprano de la caja de cambios del rodado, algo que puede causar reparaciones costosas en el futuro cercano. Los autos automáticos cuentan con otros mecanismos, que son igualmente simples y efectivos para que el motor se mantenga en condiciones.
Cómo es el mecanismo en los autos automáticos
Primero, hay que pisar el freno para que el auto se detenga. Luego, se debe mantener el pie en el pedal y mover la palanca a la “P”, que indica parking (por su definición en inglés) en modo estacionamiento. Posteriormente, es necesario activar el freno de mano y soltar el pedal lentamente, uno o dos minutos después, para finalmente girar la llave o encender el botón de apagado.
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Los propulsores nafteros acostumbran a extenderse hasta los 250.000 kilómetros antes de mostrar fallas, mientras que los diésel pueden llegar a los 400.000 kilómetros. Recién superada esa cifra, los expertos sugieren hacer un cambio ya que su rendimiento disminuye.