La seguridad en un auto es una de las prioridades fundamentales de compradores y fabricantes: antes de lanzarlo al mercado, se llevan a cabo diversas pruebas para certificar que está todo en regla y no comprometer a los eventuales propietarios. Sin embargo, un sistema denominado como ESC -por sus siglas en inglés- redujo como nunca el riesgo de accidentes. También es conocido como ESP, de acuerdo a su denominación en Alemania.
El modelo de control de estabilidad se desarrolló como respuesta a una de las problemáticas más comunes de la industria: la eventual pérdida de control en el caso de un frenado drástico o derrape. Así, la iniciativa lucha contra el sobreviraje y subviraje, cuando las ruedas no tienen la tracción adecuada en condiciones como calles resbaladizas y maniobras a más de 80 kilómetros por hora.
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Para prevenir desgracias, las empresas implementaron sensores, un grupo hidráulico y una unidad de control para supervisar constantemente el comportamiento del rodado. En principio, los dispositivos están colocados en las ruedas, para medir la velocidad de rotación; y en el volante, analizando la dirección. Por otra parte, la unidad interviene automáticamente cuando nota alguna irregularidad.
Por qué el sistema ESC es efectivo y cómo se complementa con otros dispositivos de seguridad
Además de ser altamente efectivo, cuenta con diversos beneficios cerciorados en la realidad: el proceso de detección y acción se lleva a cabo en milésimas de segundo, por lo que su actividad es prácticamente imperceptible para el que conduce. En ocasiones, también reduce la potencia del motor para disminuir el ritmo del vehículo y mantener a resguardo a todos sus ocupantes.
El ESC, de todos modos, opera en conjunto con otros sistemas igual de eficaces, como el ABS -antibloqueo de frenos-, que evita que los neumáticos se bloqueen al detenerse repentinamente; y la asistencia de estabilidad del remolque, que previene oscilaciones.
Por lo pronto, su obligatoriedad empezó a regir para todos los autos nuevos vendidos desde 2014 en la Unión Europea, una circunstancia que se extendió a más países del planeta. El sistema monitorea las señales unas 25 veces por segundo, verificando que el camino que se desea tomar coincida con el direccionamiento del coche.
Según estadísticas, este control es una de las tecnologías que más fallecimientos evita en siniestros: es capaz de prevenir alrededor del 80% de accidentes en carretera por la pérdida de control del rodado. Asimismo, por sus características, es casi imposible que se produzcan vuelcos y surge como un elemento más de tranquilidad.
Cuándo comenzó a implementarse el sistema ESC y por qué lo recomienda la Organización Mundial de la Salud
La compañía alemana Bosch lo presentó por primera vez allá por 1995, luego de pasar más de una década diseñando la propuesta con expertos en la materia. La marca que se atrevió a inaugurarla de manera oficial fue Mercedes-Benz, socia de la firma germana durante buena parte del proceso, quien lo sumó a la versión más avanzada del lujoso Clase S.
En 2003, ya se habían implementado 10 millones de dispositivos, aunque todavía había camino por recorrer para popularizarlo: ocurre que muchos modelos más económicos carecen del instrumento, más allá de que fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2012.
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“Los automóviles modernos son inconcebibles sin el ángel guardián electrónico”, sostuvo el miembro de la junta directiva de la empresa teutona, Harald Kroeger. Entre 2008 y 2015, el artefacto salvó aproximadamente 9000 vidas solo en Estados Unidos y redujo los incidentes fatales en un 58% a bordo de SUV.
