La prioridad de paso es una de las reglas fundamentales que indican todos los manuales teóricos a la hora de rendir un examen de manejo. Por supuesto, los conductores deberán cederle el lugar a los autos que circulan desde la derecha en cualquier caso, pero hay algunas excepciones específicas en las que la norma no se cumple a rajatabla.
La reglamentación está regida por la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449, en su artículo 41. Allí también se establecen las condiciones en las que no corresponde seguir esa directriz: por ejemplo, si dos vehículos arriban a una intersección, la prioridad estará determinada en todo momento por la luz verde del semáforo.
Al mismo tiempo, cuando aparecen cruces en los que se encuentren señales del tipo “Ceda el paso” o “Pare”, la persona que está al volante se verá obligado a delegar la preferencia: ocurre que, en este caso, la situación es similar a quedar frente a un semáforo en rojo. Sin embargo, no se trata de la única circunstancia en la que sucede algo parecido.
Prioridad de paso: qué pasa en los pasos a nivel y en las semi autopistas
Al aproximarse a una vía, los trenes tienen prioridad a pesar de avanzar por el sector derecho, al igual que los que salen del paso a nivel. También pasa lo mismo en hechos de emergencia, cuando ambulancias, patrulleros o autobombas hagan lo propio con la sirena encendida, lo que marca que están en servicio. A su vez, si al llegar a la esquina hay un peatón comenzando a cruzar la calle, es obligatorio detener la marcha.
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Antes de irrumpir por una semi autopista, es necesario prestarle atención a aquellos coches que ya estén dentro del camino pavimentado más allá de que nos encontremos a la derecha: por la velocidad del resto de los autos, se debe ceder el paso. De todas formas, siempre según la legislación nacional, no se prestan las mismas pautas en avenidas.
En las rotondas, curiosamente, rigen reglas especiales: el conductor que intenta salir o que ya ingresó tiene prioridad por encima de aquel que todavía no lo hizo. Además, cuando se recorre una calle de tierra, es necesario frenar por completo antes de introducirse a una arteria asfaltada, incluso perdiendo la prioridad.
En el caso de que la calle por la que se circula finalice en una intersección y el conductor se vea impedido de continuar, teniendo que llevar a cabo un giro, tiene que esperar a que el resto de los vehículos pasen para poder doblar. Si se conducen vehículos de tracción a sangre o empujados por animales, la preferencia deja de ser del coche aunque esté a la derecha.
Las consecuencias para aquellos que no cumplan con las reglas de tránsito
Lógicamente, los que manejan un auto tienen la responsabilidad de hacerlo de manera segura y respetando las normas de tránsito. Asimismo, deben mantener una velocidad adecuada dependiendo de la zona, marcar con claridad las maniobras a efectuar y estar alerta constantemente. Cabe destacar que, si no se respetan las reglamentaciones vigentes, el conductor puede ser pasible de sanciones.
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Para colmo, un eventual incumplimiento puede provocar que la cobertura de la póliza no esté contemplada y, por ende, se produzcan dificultades para cobrar la indemnización correspondiente si hay un accidente. Por otra parte, las multas, dependiendo de la jurisdicción, rondan entre los $35.000 y los $2 millones, generando un dolor de cabeza más que evitable.
