La firma Fisker se declaró en quiebra y cesó sus actividades con un stock de más de 3000 vehículos sin vender. Así se supo tras la aprobación del plan presentado por la compañía ante el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos.
El plan contempla la venta del inventario restante de la compañía, el cual incluye unas 3000 unidades del único modelo que comercializaba la segunda start-up de Henrik Fisker, el Fisker Ocean.
En la operación de liquidación también se incluye la venta de datos cruciales del vehículo y servicios de soporte que permitan a los propietarios que ya compraron el Ocean poder seguir conduciéndolos.
Afortunadamente para los propietarios de estos vehículos, la empresa American Lease (tiene sede en Nueva York), que se ocupa del alquiler de vehículos de Uber y Lyft, compraría el stock de vehículos sin vender de Fisker.
Los cerca de 3000 autos serán adquiridos por 46,25 millones de dólares. La cuenta arroja que cada unidad se venderá por un precio de 13.900 dólares, mucho menos que los 38.999 dólares por los que se vendía al público hasta hace unas semanas.
Además de comprar todo el inventario, American Lease se ha comprometido a desembolsar 2,5 millones de dólares adicionales durante un período de cinco años. Este desembolso será destinado al mantenimiento de estos vehículos en condiciones de funcionamiento y a garantizar el acceso a los usuarios a todas sus funciones, incluyendo actualizaciones de software.
La asociación de propietarios también estableció 23 talleres norteamericanos capacitados que pueden trabajar en el Fisker Ocean y que tienen acceso al sistema Fisker After Sales Tool (FAST).
El Papamóvil que no fue
En 2021, la plana mayor de Fisker tuvo una audiencia privada con el Papa Francisco para presentarle el diseño del que iba a ser su papamóvil eléctrico. Iba a ser la primera vez en la historia que el Sumo Pontífice se desplazara en un vehículo sin motor a combustión.
Henrik Fisker y Geeta Gupta-Fisker, cofundadores de la compañía norteamericana que se especializaba en la producción de autos eléctricos, le presentaron al Papa Francisco el dibujo de un modelo Ocean modificado para adaptarse a la carrocería del típico papamóvil.
La diferencia más importante entre el Ocean de producción en serie y el Ocean papamóvil se vería en el techo, donde incorporaba una cúpula de vidrio para que el Papa Francisco se muestre ante los fieles. Adentro contaría con “una variedad de materiales sostenibles, incluidas alfombras hechas de botellas de plástico recicladas del océano”, anticipó la compañía en ese entonces a través de un comunicado.
Sin embargo, por motivos que no fueron informados, el proyecto no avanzó y el Papamóvil eléctrico nunca fue producido.
