El Laboratorio Nacional Oak Ridge en Estados Unidos ha utilizado un Porsche Taycan para probar el sistema de recarga más ligero del mundo por Kw. Aunque la recarga por inducción ha mostrado resultados prometedores, su aplicación práctica es limitada. La probabilidad de que un sistema así se adopte en hogares es baja, ya que la mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos carece de la infraestructura eléctrica adecuada.
Hace una década, la recarga inductiva para vehículos eléctricos se consideraba una tecnología que se volvió común a partir de 2020. Los propietarios solo tendrían que aparcar en un espacio equipado con una pequeña placa para recargar la batería sin contacto físico.
En 2024, los coches y smartphones disponen de cargadores inalámbricos, siendo estos últimos más eficientes en cuanto a energía. Sin embargo, la recarga inalámbrica no ha alcanzado el auge esperado, a pesar de la disponibilidad de superficies de carga por inducción para coches eléctricos, debido principalmente a la lentitud del proceso de recarga.
Si los propietarios de vehículos eléctricos decidieran invertir en una solución de recarga, probablemente optarían por un cable que cargue el coche lo más rápido posible, a pesar de lo atractivo y moderno que parece, en principio, un sistema de recarga inductiva. Además, adaptar el coche añade un costoso lastre en peso.
Priorizaciones similares han guiado el desarrollo de estaciones de recarga, junto a la ausencia de mecanismos estandarizados para que todos los coches eléctricos puedan usar un mismo punto de carga. Sin embargo, la tecnología está avanzando en el aspecto de la velocidad de recarga.
Investigadores del Laboratorio Nacional Oak Ridge (ORNL) en Tennessee han realizado recientemente la primera transferencia de carga inalámbrica a un Porsche Taycan, utilizando un sistema polifásico de 270 kW, solo unos meses después de lograr una recarga de 100 kW con el mismo sistema.
El equipo de Oak Ridge empleó pares de bobinas electromagnéticas polifásicas de 48 cm de diámetro. Según el laboratorio, este método de transferencia de energía es similar al empleado por smartphones, aunque la geometría única de las bobinas polifásicas es clave. Asimismo, el tamaño compacto del receptor de carga instalado en el chasis del Taycan fue crucial. Los investigadores afirman que el resultado es el sistema de recarga más ligero del mundo por kilovatio de potencia.
“La bobina receptora diseñada para el Porsche Taycan puede alcanzar una densidad energética entre 8 y 10 veces mayor que los sistemas existentes”, declara Omer Onar, líder del grupo investigador Vehicle Power Electronics e investigador jefe en la demostración de Porsche ante el ORNL. El siguiente paso será desarrollar el sistema para que pueda producirse de una manera sencilla y razonablemente económica.
La posibilidad de que un sistema de recarga como este llegue a los hogares parece lejana, principalmente porque la mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos no tienen instalaciones eléctricas capaces de soportar 270 kW para cargar sus baterías. Esta potencia resultaría prohibitivamente costosa incluso para un cargador convencional, y los cargadores rápidos actuales no ofrecen ni ofrecerán esa capacidad a corto plazo.
Además, un formato de recarga de este tipo necesitaría popularizarse para estar disponible en estaciones de carga públicas, donde los usuarios podrían aprovechar sus beneficios. La competencia continúa siendo la recarga rápida en corriente continua por cable, con el intercambio de baterías en un distante segundo lugar. El aumento de las velocidades de recarga por cable, que en Estados Unidos ya se acercan a un megavatio para camiones, junto con la proliferación de arquitecturas de 800 voltios en los coches, sigue favoreciendo el cargador tradicional.