Fumar es un hábito muy comun pero extremadamente dañino. En Argentina, el consumo de tabaco es una de las principales causas de muerte evitable y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número asciende a 44.000 por año.
Si bien hoy en día se sabe que el cigarrillo daña casi cada órgano del cuerpo y disminuye la salud general de la persona, también se debe tomar consciencia que toda la acción de fumar es muy peligrosa, principalmente si la realiza un conductor en movimiento.
Las distracciones que conlleva, en algunos casos, pueden llegar a ser mortales. Veámos un ejemplo: para prender un cigarro el consumidor tarda cerca de tres segundos, lo que deriva en que, si transita a 100 km/h, se estaría perdiendo la atención en el camino por 80 metros. ¡Una verdadera locura!
Al igual que pasa con la acción de tomar mates en el auto, fumar dentro de los vehículos no está prohibido pero sí distrae e infringe el apartado ‘Reglas Generales de Conducción’ de la Ley de Tránsito Nacional, en dónde se establece que “todo conductor utilizará las dos manos para el manejo del volante de dirección de su vehículo”.
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Los peligros a los que te enfrentás si fumás al conducir
La asociación civil Luchemos por la Vida sostiene que “estadísticamente, los fumadores tienen el doble de accidentes de tránsito que los no fumadores”. Y esto se debe a los peligros a los que se enfrenta un conductor al fumar en el auto.
- Cuando prendés un cigarrillo, desvías la mirada del camino por 3 segundos. En este tiempo, la distancia que puede recorrer un vehículo llega casi a los 100 metros y por lo tanto, la capacidad de reacción ante cualquier imprevisto disminuye notablemente.
- Postura incómoda. Otro de los motivos por los que no es nada recomendable fumar mientras se conduce es que te obliga a hacer acciones que resultan incómodas, por ejemplo al buscar la etiqueta de cigarrilos o al utilizar el encendedor. Estas acciones pueden acarrear alguna mala maniobra.
- No estarán las dos manos en el volante, como lo indica la ley. Tal como se mencionó en el ítem anterior, fumar al volante te obliga a mantener una posición inadecuada y hace imposible mantener las manos el volante.
- Disminución de la visibilidad. El humo que genera el fumar impide una correcta visibilidad del camino, tanto por la presencia de las partículas en el aire como por la irritabilidad que puede generar en los ojos del conductor.
- Las colillas pueden provocar un incendio. La mayoría de los conductores (por no decir todos) arrojan el restante del cigarillo por la ventanilla cuando terminan de fumar y, en algunos casos, las colillas estas siguen encendidas. Esto no sólo es muy perjudicial para el medio ambiente sino que también se corre el riesgo de provocar un incendio. ¿Y si la colilla cae dentro del vehículo? Otro problemón.
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