Un auto quedó abandonado treinta y cinco años en Turín, Italia, tras la muerte de su dueño. Y no cualquier auto: nada más y nada menos que un Alfa Romeo Giulietta SZ (Sprint Zagato de 1962), una joya de la que se produjeron apenas 217 unidades, incluyendo las que corrieron en Le Mans y la Targa Florio.
La cuestión es que, como el hombre fallecido carecía de herederos, el Estado italiano asumió la propiedad y lo rescató. No fue una tarea fácil: tuvieron que llegar con una grúa a una cochera de difícil acceso, según aseguran medios del país europeo.
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Sin invertir un solo euro en ponerlo a punto, el auto fue puesto a subasta pública. Y alcanzó una cifra de venta escalofriante: 567.000 euros, algo así como 24,3 millones de pesos.
La unidad conserva el color original Blu Chiaro Metallizato y el conjunto mecánico con el que salió de fábrica. Hablamos de un motor naftero 1.3 litros de 100 caballos de potencia con el que podía acelerar hasta los 200 km/h, una cifra imponente para la época.
Una de las claves de este modelo para, en ese entonces, ofrecer una velocidad máxima tan elevada, era su peso. Acusaba en la báscula apenas 780 kilos.
