Volkswagen tenía todo listo para superar el récord de 335 km/h de velocidad en el Salar de Bonneville con un Vento súper enfierrado, pero un problema en la transmisión del vehículo en los minutos previos al desafío obligó a la marca alemana a interrumpir el intento.
"Tuvimos un problema tonto en la transmisión en la primera carrera del Dyno y, aunque después se solucionó, ya estábamos retrasados en el programa", explicó la marca alemana en un comunicado oficial sin dar precisiones. "Decidimos volver en septiembre", avisó.
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En ese mes se celebrará el Bonneville World of Speed, que es mucho más pequeño que el Bonneville Speed Week pero le dará el tiempo necesario a Volkswagen para garantizar el mejor rendimiento del Vento en las salinas norteamericanas.
Lo que la marca alemana pretende es superar los 335,50 km/h que desde 2016 son récord en la categoría del Vento. En aquel entonces, el piloto había sido John Hanson.
Volkswagen tomó una unidad de nueva generación (llegará al mercado argentino en el segundo semestre) y la convirtió por completo, con el motor naftero 2.0 litros turbo como base. Tiene varios caballos más que la versión "de calle" (220 CV): arriba de 493 CV.
Tiene la suspensión rebajada, llantas y neumáticos específicos para pruebas de velocidad, y dos paracaídas en la parte de atrás para ayudar a la frenada.
Además, el habitáculo de serie fue desmontado para incluir una jaula antivuelco, asientos de competición con cinturones de seguridad específicos y un sistema de extinción de incendios.
