Quentin Tarantino confesó que haber permitido que Uma Thurman realizara una escena riesgosa (ella no la quería hacer) y poner en riesgo su vida durante el rodaje de Kill Bill en 2002 es "de lo que más se arrepiente" en su vida, según el medio Deadline Hollywood.
"Soy culpable por haberla colocado en ese auto, pero no por lo que están diciendo que soy culpable", declaró el director del film. Tarantino explicó que "nadie del equipo de filmación ese día consideró que manejar el vehículo pudiera ser peligroso".
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"Nadie la vio como una escena acrobática. Quizá deberíamos haberlo visto así, pero no lo hicimos. Estoy seguro de que cuando me lo plantearon, yo hice un gesto de desaprobación y me irrité, pero no me enfurecí ni estaba enfadado", sostuvo el guionista norteamericano.
"Es uno de los mayores remordimientos de mi vida. Como director aprendés cosas y a veces lo hacés a través de errores horribles. Ese fue uno de mis errores más horribles. No recorrí el camino una vez más para comprobar el trayecto", lamentó.
La escena de la polémica
"Eso era un ataúd. El asiento no estaba bien atornillado y el camino era de arena", contó Thurman. A su vez, la actriz relató que Tarantino estaba furioso porque le había hecho perder tiempo: "Alcanzá las 40 millas por hora (unos 65 km/h) o tu pelo no va a volar de la manera correcta y te voy a hacer hacerlo otra vez", aseguró que le dijo.
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El hecho ocurrió en México en 2002, durante el rodaje de Kill Bill: Volumen 1, la primera parte de la saga. El auto es un Karmann Ghia y se ve cómo la actriz pierde el control e impacta contra un árbol. Queda recostada y la asisten personas de la producción y hasta el propio Tarantino. Luego la llevan en brazos.
"Sentí ese dolor intenso y pensé: Dios mío, nunca volveré a caminar", reveló en la extensa entrevista con The New York Times, en la que también denunció por acoso sexual a Harvey Weinstein. En noviembre del año pasado la actriz subió una foto a su Instagram de ella en el auto. Allí escribió: "Estoy contenta de estar viva".
El vehículo, según Thurman, no estaba en condiciones. Le habían hecho una adaptación de caja manual a una automática, y no se sentía cómoda al volante. "A Quentin no le gusta escuchar un no, como a ningún director. Yo estaba asustada. Me dijo 'te prometo que el auto está bien'".