La prueba convencional del nuevo Volkswagen Up turbo ya la viste. Pero se presentó una oportunidad irresistible: recorrer paisajes de altura de Jujuy y caminos serpenteantes para volver a medir la respuesta del chasis, el poder de los frenos y, claro, el rendimiento del motor.
¿Si el Pepper ganó picante? En los papeles son solo 26 caballos de fuerza extra. Y si bien la cifra total de 101 CV puede no sorprenderte, la clave es su bajo peso y la sólida entrega de toque, que dio un salto: pasó de 95 Nm a 3.000 rpm a 165 Nm a 1.500 rpm. El 1.0 de tres cilindros, feliz.
Por ese motivo desde bajas revoluciones la respuesta del TSI es contundente. Es una mecánica moderna –inyección directa– que, sin duda, es la estrella del modelo y le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos. Tal vez una de las mejores que se consiguen hoy por $309.000.
Como los jugadores de fútbol cuando van a jugar a Bolivia, los motores también sufren la altura. Se apunan. Y el TSI no fue la excepción. Eso ocurre porque a medida que trepamos metros sobre el nivel del mar disminuye la densidad de oxígeno y baja la presión atmosférica. Y eso afecta su rendimiento.
Traducido: vas a pisar el acelerador, mirar con cara de sorprendido a tu acompañante y exclamar: “uuuuuuu”. Eso fue lo que pasó cuando llegamos a 4.350 metros en la Serranía del Hornocal, y más tarde en Cuesta de Lipán, el imponente camino que une Purmamarca con las Salinas Grandes.
¿Un motor con turbo se apuna menos que uno aspirado? Sí. ¿Por qué? Porque la falta de oxígeno y la menor presión atmosférica el turbo la compensa aumentando la presión del aire en el colector de admisión. Se apuna menos, pero no significa que no lo haga.
A su favor, justo es decir que las condiciones eran tan extremas (y en subida) como poco habituales para un citycar. Tuve la suerte de recorrer estos mismos caminos en otras oportunidades con otros autos, más poderosos, y siempre sentí una pérdida de potencia importante. Pero en 101 CV se nota más.
Por lo demás, buen comportamiento gracias a la puesta a punto de la suspensión un poquito más firme, aunque en los caminos de serrucho que hicimos las "asperezas" se hicieron sentir. No está pensado para el ripio.
Buenas: los discos de freno (delanteros, atrás tiene tambor) son más grandes, la calidad está muy bien para su segmento y es muy agradable de manejar. Malas: no tiene control de estabilidad (ESP), la caja es solo de quinta (podría tener seis marchas) y la rueda de auxilio es temporal.
Sí tiene control de tracción, aunque no se puede desconectar, algo que sería útil para “salir del paso” si el terreno es blando como arena o barro, ya que de otra forma quita potencia cuando más la necesitamos.
¿Conclusión? Un pequeño que ganó un toque deportivo, con un motor eficiente en prestaciones y consumo. El tricilíndrico de solo un litro sintió la altura, pero eso no lo hace menos eficiente. A punto tal que Volkswagen analiza extender esta mecánica al resto de la gama. Sería una buena idea.
