La empresa de automóviles BMW comenzó a producir motocicletas en 1923 con el modelo R32 a medida que las restricciones del Tratado de Armisticio posterior a la Primera Guerra Mundial comenzaron a levantarse.
Cinco años después, la compañía compró la empresa automovilística “Automobilwerk Eisenach”. El modelo que empezaron a fabricar fue el Dixi 3/15, una copia autorizada del Austin 7 que se producía desde el 1927. Ese vehículo se transformó en el BMW 3/15, el primero de la gama de coches de la empresa.
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Esto se debe a que, después del final de la Primera Guerra Mundial, en 1918, BMW tuvo que dejar de producir aviones por los términos del Tratado de Armisticio de Versalles, que prohibía a Alemania y sus empresas construir dispositivos bélicos. En los años posteriores a la finalización de la por entonces conocida como Gran Guerra producían equipos agrícolas, artículos para el hogar y frenos de ferrocarril.
Tras construir el BMW 3/15, las acciones de la compañía explotaron. En 1932 la compañía diseñó por primera vez un automóvil en su totalidad: el BMW 3/20. Tenía un motor de cuatro cilindros y un diseño que se basaba en el motor Austin 7.
En 1933 construyeron el motor de seis cilindros en línea dentro del BMW 303. Esa década ampliaron la “gama de modelos para incluir sedanes, cupés, convertibles y vehículos deportivos”, según reza el apartado de historia de la página oficial de la compañía alemana.
Qué significa BMW
Los orígenes de BMW tienen como base a tres empresas alemanas separadas Rapp Motorenwerke, Bayerische Flugzeugwerke y Automobilwerk Eisenach que se unieron para fabricar aviones y sus respectivos motores.
En abril de 1917, tras la muerte de uno de los fundadores la empresa cambió de nombre y pasó a llamarse Bayerische Motoren Werke (que da origen a las siglas BMW). El primer dispositivo tecnológico que crearon fue el motor de avión BMW IIIa. Este se destacó por su economía de combustible y rendimiento a grandes alturas. Fueron tan buenos que no tardaron en llegar miles de pedidos del ejército alemán, lo que favoreció la expansión de la empresa.
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Tras la prosperidad conseguida en la década del ‘30, la compañía comenzó nuevamente a producir motores de aviones para la Luftwaffe. La fábrica en Múnich trabajó en civiles extranjeros, prisioneros de guerra y reclusos del campo de concentración de Dachau.
