Cada verano, miles y miles de turistas copan las playas de la Costa Atlántica en busca de sol y descanso. Y por supuesto los balnearios también se llenan de autos, lo que complica el estacionamiento y el tránsito, no sólo en las ciudades grandes como Mar del Plata sino también en las más chicas.
Adicionalmente en los últimos años, se fue dando otro fenómeno muy particular: ¡a veces también se embotella la playa! ¿Puede ser esto posible? Sí, sobre todo a la hora de la vuelta, cuando baja el sol, o ni hablar si de buenas a primeras aparece alguna lluvia inoportuna provocando un verdadero y caótico éxodo.
Es que en nuestra Costa, abundan las playas que permiten el acceso vehicular. En días de calor y más aún los fines de semana de enero y febrero, la orilla se convierte en un extenso, casi interminable estacionamiento.
Los usuarios valoran acceder hasta la orilla con su vehículo y allí mismo descargar reposeras, lonas y juegos, como también los aparatosos gazebos, refugios para el sol y el viento que con sus picos coloridos han ido cambiado la postal playera.
El plan es pasar el día, generalmente en familia y entre amigos, disfrutando del lugar y del descanso. Y a veces también de alguna comida o asadito ya que otra de las modas es llevar parrillas portátiles, lo que suma algo de humo a la foto.
Hasta ahí, todo tranquilo. La locura se suele dar en los médanos, especialmente en la amplia zona de la frontera norte de Pinamar, lindante con el Partido de la Costa y extendida hasta Costa Esmeralda. Sobra el espacio y no debería haber problemas, pero todos los años los noticieros reportan accidentes involucrando motos, cuatriciclos, UTVs y/o camionetas.
En esta zona, no hay vialidad, no hay un código de circulación ni abundan los controles. La impericia conductiva y el exceso de confianza generan importantes riesgos. Vehículos de diverso tipo en todas las direcciones, subiendo y bajando dunas sin visibilidad y a velocidades elevadas componen un desorden que no siempre termina bien. Y a eso se suman las competencias, como picadas en las zonas planas que convocan una enorme cantidad de “público”.
Cómo evitar riesgos
Ante ese panorama, lo ideal sería elegir otra zona más tranquila, o por lo menos no circular por allí al atardecer, que es el momento álgido de estas prácticas. Se recomienda además acceder a los médanos rodeándolos por los valles (las zonas bajas) para tomar un panorama completo de la circulación y de otros turistas o vehículos en la zona.
Evitar la alta velocidad o las maniobras riesgosas (derrapes, saltos, trepadas sin visibilidad), como también utilizar siempre el cinturón de seguridad, y ni hablar el casco al manejar una moto o un cuatriciclo. Tampoco debe viajar nadie en la caja de las pick ups ya que en un salto inesperado e involuntario, las personas podrían golpearse e incluso salir despedidas.
Es importante adoptar un manejo defensivo adelantándose a los posibles riesgos y peligros.
En la S10
Durante nuestra recorrida por las playas de la zona (también las más traquilas de Cariló y Villa Gesell) utilizamos una Chevrolet S10 High Country, la versión tope de gama de esta pick up mediana que tiene un motor 2.8 turbodiésel de 200 caballos, potencia más que sobrada para realizar un manejo exigente en superficies difíciles.
Es que las pick ups de este tipo en sus versiones con doble tracción se han convertido en verdaderos vehículos todo terreno. En el caso de la S10, que en la versión High Country combina el motor Duramax con una caja automática de seis marchas, se ofrece de serie un sistema de tracción 4x4 en alta y baja, es decir tiene reductora, un mecanismo que triplica la fuerza en las ruedas. Con estos recursos, a los que se suman un elevado despeje y una destacable fortaleza estructural, el desempeño fuera de ruta es de primer nivel.
Y todo con una importante cuota de confort pero especialmente una de las dotaciones de seguridad más completas de este segmento. Además de múltiples airbags y controles de tracción y estabilidad, la S10 en su versión tope de gama incluye ayudas a la conducción, como un control de crucero que mantiene la distancia a otros vehículos y entre otros sistemas, aviso de posible colisión y freno autónomo (el vehículo puede frenar solo si el conductor no lo hiciera, pudiendo evitar un accidente o morigerar sus consecuencias).
Disfrute y placer de conducción en una de las mejores “chatas” del mercado.