“¿Por qué no se vienen con el equipo y manejan toda la Raza Fuerte en el circuito off-road de Pilará?”. Esa fue la propuesta de la gente de Comunicación de Ford y no estaba nada mal tomarse una jornada para aplicar un poco las técnicas todoterreno en un póker de chatas con doble tracción.
Una de ellas es la Ranger Raptor, la versión más extrema de la pick up mediana del óvalo que, producida en Tailandia, llega para complementar a la gama nacional.
Desde la imagen, anuncia que se trata de algo realmente especial, con guardabarros abultados por las trochas más anchas, sin dejar de mencionar a los neumáticos todoterreno, con perfil alto y llantas deportivas. El despeje es más alto y el paragolpes delantero tiene un diseño especial para favorecer el ángulo de ataque en todas las trepadas.
Pero lo mejor no se ve a simple vista: el chasis tiene refuerzos y modifica drásticamente las suspensiones: en principio, con parrillas delanteras de aluminio y la adopción de amortiguadores deportivos de la marca Fox. Pero lo mejor es que reemplaza los anticuados elásticos por resortes en el eje trasero, combinados con brazos de control, en un esquema semiindependiente (conserva el eje rígido) mucho más efectivo en todo tipo de utilización.
El combo Raptor se completa con un motor de concepción más moderna: un 2.0 diésel con doble turbo y 213 caballos asociado a una caja automática de 10 velocidades (¡sí, diez!) y a un sistema de doble tracción en alta y baja que ofrece diversos programas de manejo pensados para terrenos de todo tipo. La gestión del motor y la transmisión se adaptan al barro, la arena o la piedra, pero lo mejor es el modo “Baja”, que no alude a la caja reductora sino a las competencias de la Baja California, en México, donde las camionetas no trepan sino que saltan y derrapan. Dicho de otra manera, un off-road veloz y deportivo.
Y no es cuento: la Ranger Raptor es especialista en saltos y realmente se siente su solidez al “aterrizar”. Es una camioneta verdaderamente deportiva cuyas diferencias respecto de la versión convencional no es un mero ejercicio de imagen… los “fierros” están.
Estas características deportivas no alteran el nivel de confort interior ni el equipamiento, que es correspondiente con una Ranger tope de gama, como también la dotación de seguridad, con múltiples airbags y ayudas a la conducción, como ayuda de mantenimiento en el carril, asistente de precolisión con detector de peatones y por supuesto control de estabilidad con función antivuelco. Y si bien podría pensarse lo contrario, la suspensión trasera, la amortiguación especial y los neumáticos de perfil alto le aportan un mejor confort de marcha en pisos desparejos o agresivos, como empedrados, caminos de tierra o superficies similares.
Al llegar de Tailandia, la Ranger Raptor debe pagar un alto arancel de importación. Pero como es una pick up, “zafa” del impuesto interno a la alta gama. Es por eso que su precio, si bien elevado (U$S 60.400), no se despega tanto de la Ranger nacional más sofisticada, nutriendo una gama que por motores, transmisiones, cabinas y versiones es una de las más completas y variadas del mercado.