Los dilemas del opositor responsable
Esta segunda parte discute nuevos dilemas: qué hacer frente a las mutaciones culturales y socioeconómicas que procura imprimir Milei de modo indeleble sobre la sociedad argentina.
Esta segunda parte discute nuevos dilemas: qué hacer frente a las mutaciones culturales y socioeconómicas que procura imprimir Milei de modo indeleble sobre la sociedad argentina.
OPINIÓN. En esta primera parte, se abordarán dos cuestiones inherentes al posicionamiento político de una oposición constructiva y eficaz frente al gobierno. En la segunda parte, que se publicará el próximo domingo, se analizarán las mutaciones culturales y socioeconómicas que procura imprimir Milei de modo indeleble sobre la sociedad argentina.
OPINIÓN. Encuentro la respuesta del gobierno de Israel a la masacre del 7 de octubre completamente insensata e irresponsable. Esto no me hace dudar de la atrocidad cometida por Hamas ese día. Simplemente, repudio cualquier lógica justificatoria de causa y efecto en este terreno, e intento, en lo que sigue, atender una cuestión política necesaria.
OPINIÓN. El gobierno obtuvo –se dice– una victoria consiguiendo la aprobación parcial de la ley Bases en Diputados. Me parece que más allá de los contenidos convalidados, vale la pena analizar el proceso político de esta reforma legal de gran alcance.
OPINIÓN. Javier Milei no es el único político tradicional que subestima a la ciudadanía. Lo llamo político tradicional a sabiendas de que algunos lectores se pueden sorprender, pero no, realmente lo es, si nos atenemos a los hechos. Hechos como lo que dice y hace un político.
OPINIÓN. Este artículo no me hará popular. Plantearé una coyuntura distópica de mediano plazo para la vida política argentina. Es probable que nada de lo que indique vaya a ocurrir, como en un juego de cartas en las que una composición determinada pueda no darse en ninguna mano. Pero las cartas que señalo están en el mazo, no son imaginarias.
OPINIÓN. En el discurso de apertura de sesiones ordinarias de Congreso, abundaron torvas amenazas y la tesitura de prevención normativa severa fue apenas más leve que la de cuando Perón amonestaba anunciando que haría “tronar el escarmiento”.
OPINIÓN. Desde 1982, hay una fusión histórica entre la causa Malvinas y la guerra. El conflicto bélico nos ha dejado un legado, un pasado que se impone sobre nuestro presente y nuestro futuro, inescapable.
OPINIÓN. La breve alegoría de la que voy a echar mano, con el paso de los años, se ha utilizado muchísimas veces, en boca de escritores muy diversos. Algunos se la apropiaron no del todo honestamente.
OPINIÓN. Los presidentes hacen siempre todo lo que legalmente pueden hacer; aunque no siempre esto sea prudente. No tiene mucho sentido formular contra ellos imputaciones si actúan dentro de los límites de la Constitución, o reprochar a la Constitución por algo que ella no ha establecido. En todo caso, la Constitución dejó abierta una puerta.
OPINIÓN. El Presidente tiene que llenar de política la brecha entre sus números y los números del Poder Legislativo. Según la magnitud de la brecha, podrá conducir en mayor medida que persuadir y negociar. O podrá, por el contrario, inclinarse por el unilateralismo desestimando la persuasión.
OPINIÓN. Más allá de declaraciones y aclaraciones, el curso de acción que propone la administración entrante en su relación con Gran Bretaña consistiría en mejorar el vínculo, profundizando y diversificando los temas posibles y apartando de la agenda inmediata la cuestión de soberanía.
OPINIÓN. En una época en la que son cada vez más borrosos los límites que perciben muchos ciudadanos, sobre todo jóvenes, entre un gobierno democrático y uno autoritario, el líder libertario tiene chances de ganar las elecciones.
OPINIÓN. El Presidente y la Vice son dos fantasmas. ¿De dónde había que expulsarlos en las Primarias si ya no estaban? Podemos deducir que esto tuvo su efecto: la ausencia del pararrayos permitió que la tormenta eléctrica se descargara sobre el edificio entero. Fue la casta entera lo que se buscó desalojar.
En muchas dimensiones, cada ciudad tiene aquello que a la otra le falta. Los cariocas se construyeron en base a la naturaleza. Los porteños, de espaldas al río.
El caso de Jujuy encendió las alarmas. ¿Quién será el garante del orden legal en el país? ¿Con qué medios? Los argentinos nos debatimos entre el amor por los derechos y el desdén por los deberes.
OPINIÓN. Los problemas tienen por telón de fondo la despartidización, que les hace casi imposible a los políticos cooperar para concebir innovaciones.
OPINIÓN. La tecnología tiene efectos en la mente de la gente y sobre todo en la política. Es un camino ineludible. Comencemos señalando lo obvio: el problema del error perezoso de los políticos tiene lugar en un contexto de mayor volatilidad, partidos lábiles y liderazgos de ciclos cortos.
OPINIÓN. En “Deconstruir el populismo”, Fabio Quetglas deja entrever, a pesar de su mesura, una cierta indignación por cómo las cosas son; pero también describe con mucho realismo lo que a su juicio es necesario hacer.
OPINIÓN. Dos estilos mandan en la Argentina desde hace décadas. La ilusión de disipar el conflicto se hace aún más nítida si se toma en cuenta que la magnitud de los intereses económicos que habría que afectar para reencarrilar al país por una trayectoria de recuperación es descomunal.